Si tú eres de los fanáticos de las películas de Walt Disney desde muy pequeño y te sabes casi todos sus diálogos, es imposible que no hayas ido a ver “Imagination Show”, un espectáculo en el cual la imaginación servirá de guía para que tus sueños se puedan hacer realidad, disfrutando decenas de temas musicales que han logrado permanecer a lo largo de varias décadas en el corazón de todo el mundo; pero si tú no eres tan fan, también te pido que vayas para que escuches grandes voces e interpretaciones que te harán vibrar y emocionarte.
Con un fondo lleno de estrellas y acompañados de ocho músicos, Marco Anthonio, María Elisa Gallegos, Ana de la Vega, Jair Campos, Rodrigo Llamas y Estibalitz Ruiz fueron los encargados de recrear una atmósfera mágica y al mismo tiempo llena de luz, amor y letras para que todos los asistentes se “quitaran” sus trajes y vestidos sastre y recordaran que aún son niños, porque en el corazón de éste no hay imposibles ni límites .
Enredados (“Veo en ti la luz"), El Rey León (Yo quisiera ya ser un rey”), Tarzán (“Lo extraño que soy”), La Bella y la Bestia (“Nuestro huésped”), Pocahontas (“Colores en el viento”) , Blanca Nieves (“Pozo de los deseos”), El Jorobado de Notre Dame (“Afuera”), Mary Poppins (“Supercalifragilisticoespialidoso”) y Aladdin (“Un mundo ideal” y “No hay genio tan genial”), fueron sólo algunos de los filmes que se “revivieron” en el Teatro Milán.
Hicieron un par de homenajes con algunas películas como Hércules interpretando temas como “La virtud”, “No hablaré de mi amor” y “De cero a héroe”; y también La Sirenita, cuyas canciones fueron “Bajo el mar”, “Parte de él”, “Bésala” y “Pobres almas en desgracia”.
Tengo que mencionarlo porque en verdad, el número más mágico y podría decir que el más coreado de la noche fue cuando apareció Ana, sin su hermana Elsa pidiéndole que hicieran un muñeco para darle paso a “La puerta es al amor” y cerrar con broche de oro el homenaje a Frozen (una de mis películas animadas favoritas) con “Libre soy”.
Tal vez, hubo algunos detallitos de microfoneo y con el hielo seco (sobre todo quienes estábamos en las primeras filas) pero quedaron al lado cuando veías en el escenario que las seis almas (especialmente Marco y María Elisa, mis favoritos) que interpretaban cada una de las canciones, daban todo para que la gente disfrutara, cantara y evocara algunos de los momentos de su vida, acompañados con las grandes historias animadas.
Tal como lo hizo el sexteto, alrededor de una hora y media, estuvieron platicando algunos datos de Disney y algunas anécdotas cuando ellos eran niños/adolescentes en la cual se soñaba con un príncipe y una princesa, aunque ahora el primero les gusta besar a puros sapos y a la segunda le gusta vestirse de cualquier color menos rosa.
Y una parte, que tengo que remarcar, que fue de este color y nos llevo a viajar, fue “Esta noche es para amar”, sin duda alguna, el gran número de la noche, impactante, melodioso, realmente lo tienen que ver (y escuchar).
Que en efecto, tuvo que ser muy difícil seleccionar todo el repertorio que a lo largo de una hora y media interpretaron los también actores, pero hubiera estado increíble que anexaran “Mi reflejo” (Mulán) y “Bella y bestia son”.
Lo que sí le aplaudo (y de pie) a esta empresa, es que no hayan recurrido al "monopolio" que te cobra casi, casi por respirar teniendo un servicio mediocre (léase Ticketmaster) para la venta de sus boletos; existen otras maneras de hacerlo, así que si no te quieres perder este gran show, contáctalos ya, para obtener tus pases. No te arrepentirás.