Hay de preguntas a preguntas pero esta es un cuestionamiento muy fuerte que se emite durante la función de “Pieza Inconclusa Para Sofá y Dos Cuerpos” y aunque (tal vez) no exista respuesta, queda en el aire no sólo para descubrir el nivel de relación que tienen, ¿o tenían?, la pareja arriba del escenario sino también para que tú te des cuenta si realmente estás con quien quieres estar, si tu compañer@ de vida y tú hablan el mismo idioma, independientemente de sus peleas o lo que detestas de el/la.
Después de escuchar en dos ocasiones la "segunda llamada" y no oír la "tercera" y gracias a esto unas risas tímidas y burlonas de los presentes, inició la obra con una proyección poco favorecedora y no lo menciono para hacer menos su trabajo pero considero que si van a poner unos bloques blancos al menos que estén correctamente estirados, que no se perciban arrugas, ya que al transmitirse el video incidental infantil se mostraba cual chicharrón y estos detalles son lo que al final suman o restan en una producción.
Segundos después aparecieron los actores principales de la puesta en escena del Teatro NH y empezamos a involucrarnos con sus diferentes tipos de vida, cómo son, cómo duermen, de qué manera despiertan pero al mismo tiempo tan semejantes entre sí, incluso para que los presentes nos viéramos reflejados en el escenario, ya que la mayoría de las escenas mostradas, las has vivido en carne propia o al menos algo muy parecido.
Por un lado, está el fotógrafo que no asume mucha responsabilidad, sobre todo en la relación; y en el otro extremo, observamos un abogado metódico; ambos nos van relatando a través de saltos temporales, su historia de amor, pasando por distanciamientos, salidas, coqueteos, la necesidad de vivir juntos y la monotonía, por mencionar algunos detalles.
El título de la obra es increíble, desde que lo escuché, me gustó y me motivó a verla y después cuando me enteré que iba a participar Araiza, era impensable no hacerlo, ya que él es uno de los intérpretes que más respeto y las veces que lo he visto, me ha gustado, y en esta ocasión no fue la excepción, la entrega que se ve en el escenario se transmite y ni decir de lo bien construido de su personaje, exacto, minucioso, con un gran energía.
Por su parte, Gatica en las pocas veces que lo había observado siempre me dejaba con una imagen de enojado, honestamente, y aquí me sucedió al principio pero conforme transcurrieron los minutos, logré ver un poco más el lado tierno, un tanto sensible, la parte dulce que le imprimió a Diego, su personaje, fue fundamental para que me envolviera y entendiera su verdad.
Aunado a esto, lo que me llamó mucho la atención es que en los momentos mas fuertes, desgarradores, donde existe una mayor ímpetu desbordante, la gente se reía, mientras yo con un nudo en la garganta, y no entendía bien por qué, tal vez era una especie de catarsis, de proyección hacia la escena, de sacar de la mejor manera una situación que se tiene latente.
La historia que gira alrededor de un sofá que cambia de posición y hasta de forma, bajo la dirección de Emmanuel Morales nos muestra "sin pelos en la lengua", yo diría que con demasiado humor, las mieles del enamoramiento hasta la asfixia que podrías llegar a sentir si las piezas del rompecabezas no embonan a la perfección.
"Quiero hacer cosas nuevas pero no sé si quiero hacerlas contigo"
"- Vete a la mierda
- Ya estoy en la mierda"