Sucede que el tiempo se va como el agua, para algunos con gran lentitud, pero para la mayoría- y yo me incluyo- con tal velocidad que cuando te das cuenta, ya estás hecho de un montón de experiencias, con un costal de aciertos, un cajón de errores y un sinfín de recuerdos que volverán solamente en tu cabeza y aunque habiten en tu corazón siempre serán comentados y (re) comentados en las dichosos reencuentros con tus compañeros de la primaria, confidentes en la secundaria, cuates de la preparatoria o amigos de la universidad.
Todo esto lo digo porque hace algunos días me rencontré con vari@s amig@s de la carrera y me dio mucho gusto verl@s y saber que su vida ha cambiado tanto como la mía, el tiempo se fue rapidísimo –no diré hace cuántos años ya que no me quiero quemar- pero valió la pena observar a quienes tienes enfrente y que ahora son parte de tu vida. Aunque ya han pasado algunos ayeres desde que (uno que otro) dejamos de vernos, el cariño sigue impreso y esas experiencias compartidas no se borrarán aunque pierdas la memoria para siempre.
¡Ahh! pero también la vida dio miles de vueltas, tanto, para que pudiera ver a uno de mis primeros amigos de la infancia, por casualidad del destino nos topamos, me dio mucha alegría verlo y aunque sólo platicamos algunos minutos, me dí cuenta que está bien y que su vida va viento en popa. Nuestra amistad terminó cuando dejamos la primaria o tal vez antes, sucede que no me acuerdo bien qué sucedió, aún sigo pensando que fueron problemas de niños (¡Je!) que hicieron que nuestra relación terminara. Pero por alguna razón extraña me lo encontré.
Todo esto, no termina ahí, al parecer la próxima semana me iré a tomar un merecido café con algunas amigas de la preparatoria, tengo que decir que esa no fue mi mejor época en la vida, de hecho ha sido la peor pero en esa colegio me encontré con algunas personillas que me soportaron y tal vez, medio me entendieron y eso que no era fácil hacerlo. Confieso que tengo muchas "ansias" de verlas y aunque estamos en contacto por el Facebook, no hay como platicar face to face y obvio, chismear en vivo y a todo color.
Tengo que ser honesto, este tipo de reuniones me encantan, adoro recordar lo experimentado, revivir lo soñado, chismosear lo vivido, burlarse del pasado, ¡Qué bien se siente!
Hasta el día de hoy no han llegado más reencuentros pero ya sé que el destino es caprichoso y un tanto rebelde, sobre todo conmigo, que cuando menos me lo espere estaré viendo a ese alguien que tanto extraño o ese aquél que ni quiero ver...