Cuando me enteré que Mónica Naranjo se iba a presentar en el Auditorio Nacional, me emocioné mucho ya que nunca la había visto en vivo, la verdad moría por verla y hasta estaba dispuesto a pagar una cantidad que nunca había pagado para un concierto pero afortunadamente lo pensé muy bien (gracias al consejo de un angelito).
Cabe mencionar que desde hace varios años me gusta como canta, la forma en que interpreta sus canciones y su manera de escribir, y fue precisamente por eso que estaba a la expectativa de su llegada a nuestro país.
Total, que el día tan ansiado llegó y conseguí mi respectivo ticket; me fui después de trabajar al Coloso de Reforma, llegué un poco tarde, exactamente a la segunda canción y decidí escuchar a la española y observar cómo se movía en el escenario, mis ojos no paraban de verla ni a la Filarmónica de la Ciudad de México que la acompañaba.
No es de a gratis que tenga la trayectoria de tantos años pero conforme pasaban las canciones me empecé medio a aburrir y aunque me sabía todas y cada una de las melodías que interpretó sólo tres de ellas me movieron hasta ponerme la piel chinita: “Usted”, “Óyeme” y “Sobreviviré”.
Cuando terminó de cantar “Ámamé o déjame” dio el único speech de la noche, agradeciendo la presencia del público, haciendo una que otra broma y con su peculiar picardía hizo reir al “callar” a uno de los asistentes.Pero a un así, sentí que sus movimientos, actuación y desarrollo escénico eran estudiados y un poco sobreactuados, digamos sin naturalidad.
No puedo decir que no lo disfruté, lo disfruté a secas pero me llevé una gran desilusión, dejemos a un lado que no llenó el recinto, y que no se ve tan bien físicamente, es evidente que se hizo algo en la cara, no fue sólo una restiradita pero lo anterior es muy relativo; sino que a pesar de su gran voz hizo falta que interactuara más con sus seguidores.
Que quede muy claro una cosa, no estoy poniendo en tela de juicio su talento y lo que ha provocado durante su larga trayectoria artística; lo único que expongo es que me quedó a deber o ¿será que mis expectativas eran tal altas que no pudo llegar a cumplirlas?