Qué buena marcha la de Benny


Tengo que decir que es la primera vez que disfruto a Benny Ibarra en el escenario y simplemente me encantó. Sí, ya sé que dirán que está hablando un admirador del intérprete pero trato de ser objetivo y les digo que quedé muy satisfecho con la actuación del artista.


Llegué relativamente temprano acompañado de una de mis amigas, a quien agradezco de haberme invitado, al Auditorio Nacional, y estábamos confundidos porque no había muchos asientos llenos, pero conforme pasaron los minutos, el recinto se empezó a llenar hasta cubrir -casi- su capacidad total.

En punto de las 8:30pm. empezó el show pero ¡ohhh sorpresa! no salió Ibarra sino Mariana Vega, una cantautora venezolana que lo hace bien, yo ya la había escuchado con anterioridad y me gusta una que otra canción pero lo que sí me impresionó fue la empatía que tuvo con el público al interpretar “Contigo”, “Háblame” y “No me queda nada”.


Después de ver en las dos pantallas una mano que cambiaba de canciones y nos compartía un poco de su track list, y un reloj en cuenta regresiva que nos mostraba en qué momento iba a salir el hijo de Julissa al escenario; Benny apareció junto con su banda para interpretar “Imperfecto amor”, después entonó “Perder para encontrar”, “Sin ti”, “Cada paso”, “Irremediable” y “Déjalo Ir” a dueto con Maria Urtusuástegui.

Al terminar de cantar "Uno" empezaron los primero acordes de “Llueve luz” y todo el Auditorio Nacional se puso de pie para corearla y llenarse de energía del mexicano.



Minutos después, aparece en escena Paty Cantú para interpretar con el cantautor “Se desintegra el amor” pero en lo personal, no me pareció que hubiera mucha química, se veían muy distantes, hasta llegué a pensar que estaban en diferentes foros y hasta quería que ya terminará la canción, se me hizo muy larga.


Pero todo cambió cuando llegó Benny Ibarra padre después de un video muy emotivo narrado por el ex Timbiriche explicando sus orígenes y el cariño que tiene hacia sus padres; el rocanrolero cantó con su hijo “Murmullo de amor”, ”Diablo con vestido azul” y”La plaga”, y la verdad, se veía una gran empatía entre los dos, muy disfrutable, creo que simplemente fue un homenaje filial.

Tengo que ser sincero, no me gusta lo que hace Celso Piña pero me sorprendió cómo la gente se paró de su lugar a bailar y a corear canciones como “Un pedacito de ti”, “Un pez en la mar” y “Calaveras”.

Después vino, lo que para mí, fue lo más emotivo de la noche, donde el artista cantó extractos de varios éxitos como “Sútil dolor”, “Mía”, “Estoy”, “Dame un poco de tu amor”, “Vives en mí”, “Tu amor” y no podía faltar, “Cielo” en sus dos versiones.


El concierto terminó con “La marcha de la vida” no sin antes agradecer de una manera sincera a su banda y al público que asistió al Coloso de Reforma.


Durante el show, Benny nos advirtió que iba a ser una grata y larga velada, y realmente lo fue; 34 canciones nos llenaron de energía, sus letras nos inundaron de emotividad y él simplemente hizo lo que sabe hacer, inundar luz en nuestros oídos.