¿Y si me concedes un café?


Un café fue la excusa perfecta para sentarme en aquel sillón a escasos metros del escenario del Café 22, y observar lo que iba a ocurrir ahí, se apagaron las luces y conforme pasaban los minutos me daba cuenta que cada vez que veía alguna sonrisa, lágrima o un sutil gesto de algunos de los actores, que este relato me había tocado hasta las venas.

Hace algunas semanas, el Centro de la Diversidad Sexual les abrió las puertas a Violeta Isfel, Julián Huergo, Andrés de León y Miguel Garric para que contarán a otro tipo de público, la historia de tres vidas que se cruzan, se alejan y se vuelven a reencontrar, para pagar las consecuencias de sus actos.



Muerte de Cuna o Por Favor Concédeme un Café narra la vida de una pareja del mismo sexo que busca la manera de formar una familia, y la mejor vía para lograrlo; pero, sí de por sí no es tan fácil hacerlo y más sí eres homosexual, hay otros factores que influyen para que esto se complique: la "amiga" de uno de ellos.



Un par de cajas, un perchero y paraguas son algunos de los pocos elementos que son manipulados por los propios actores para llevarte al parque, a una habitación o a una cafetería, estos movimientos son tan orgánicos e instantáneos que te trasladas de un segundo a otro, a otro momento, a otro lugar, a otro conflicto.



Lo importante aquí es la manera de abordar el texto escrito por Garric y los matices del trío de intérpretes que te llevan hasta lo más profundo de esta historia, pasando de un lágrima a una risa discreta.



Muchos creerían que es una historia meramente gay, y creo que este calificativo es una pequeña arista de lo que realmente es, si bien es cierto aborda el sentimiento de dos homosexuales al querer ser padres y la vida que ellos llevan, pero esto es un elemento más de todos los que podemos percibir en esta puesta en escena. Creéme.



Una obra en la cual no podrás ni parpadear ni un segundo pues al ser contada de forma no lineal, tienes que estar atento a cada frase para que embones todas las piezas de este relato y salgas del teatro sintiendo que te movieron el piso, que te hizo reflexionar. Otra vez, creéme.