Aunque la cita era a las 20:30 horas, no me importó esperar 17 minutos más para ver el espectáculo de tres personajes que los hemos visto crecer, madurar y brillar, arriba y detrás de un escenario.
Los acordes de "Tonto corazón" indicaron que Sasha, Benny y Erik tendrían que subir a escena para iniciar esta aventura de casi dos horas de duración.
Inmediatamente siguió "Cuando mueres por alguien", "No me extraña nada", "Sólo Tú" y "Serás el aire", pero alguien tenía que darnos la bienvenida a este viaje y ese fue el creador de "Mía", quien con su singular simpatía y carisma nos invitó a recordar viejos tiempos.
Aquí, la nostalgia, el baile del sapo, la cámara con la que jugaba Benny para grabar a quien se le pusiera enfrente, la sensualidad de Sasha y las tres pantallas que subían y bajaban para adornar las canciones, se mezcló en el Teatro Metropólitan para deleite de muchos.
Sería inevitable ver a este trío de hermanos sin que se nos venga a la mente una de los grupos pop más importantes, Timbiriche, por lo que ellos -a bien de los fans de esta banda- lo homenajearon con "Princesa tibetana", "Con todos menos conmigo" y "Si no es ahora", en la cual Erik tuvo la "suerte" de equivocarse.
Pero no fue el único tributo que realizaron, pues Sasha emitió unas palabras para Gustavo Cerati e inmediatamente después empezaron a cantar rolas como "Persiana americana", "Cuando pase el temblor", "De música ligera" y "Juegos de Seducción".
No cabe duda que el concierto fue creado para honrar, de alguna manera, las carreras en solitario de Sasha Sökol, Benny Ibarra, y Erik Rubín con canciones como "Rueda Mi Mente", "Sin Ti", "Sólo Tú" y "Cielo", pasando de la balada al rock pop, en un dos por tres y haciendo cantar y brincar a cientos de seguidores.
Uno de los mejores momentos llegó con la canción de Presuntos Implicados, "Cómo hemos cambiado", pues además de que el beat que le pusieron a este tema es increíble, las pantallas que simulaban que caminaban por la calle, mientras veíamos algunas fotos y videos de toda su carrera musical, hicieron un gran deleite visual, ¡maravilloso!
Y para variar y no perder la costumbre, realizaron lo que muchos artistas hacen (si no es que todos), se despidieron para que el público les pidiera otra, ¿y qué creen? regresaron al escenario y siguieron interpretando tres canciones más para finalizar con "Dame amor".
Con esta canción bailaron una coreografía sencilla, considerando que a Rubín sí le costó trabajo mover sus dos pies izquierdos, pero que a todos nos puso de buenas por la mezcla de colores y energía que el trío emitía.
Fue mi primer concierto del año (y los que me faltan) y créanme que inicié con el pie derecho, me gustó mucho por la sincronía que había entre las pantallas y los intérpretes; no hubo lucha de egos, cada uno brilló a su estilo; la variabilidad de las canciones me latió; el único pero que encuentro fue el tema con que finalizaron la velada, la canción que interpretaba Rubín en solitario, tiene punch, pero considero que le falta "algo" para cerrar con broche de oro el concierto.
Mientras tanto tendré que esperar lo que Benny, Sasha y Erik nos prepararán para el Auditorio Nacional, porque ahí sí, seguro estaré en Primera Fila.
Los acordes de "Tonto corazón" indicaron que Sasha, Benny y Erik tendrían que subir a escena para iniciar esta aventura de casi dos horas de duración.
Inmediatamente siguió "Cuando mueres por alguien", "No me extraña nada", "Sólo Tú" y "Serás el aire", pero alguien tenía que darnos la bienvenida a este viaje y ese fue el creador de "Mía", quien con su singular simpatía y carisma nos invitó a recordar viejos tiempos.
Aquí, la nostalgia, el baile del sapo, la cámara con la que jugaba Benny para grabar a quien se le pusiera enfrente, la sensualidad de Sasha y las tres pantallas que subían y bajaban para adornar las canciones, se mezcló en el Teatro Metropólitan para deleite de muchos.
Sería inevitable ver a este trío de hermanos sin que se nos venga a la mente una de los grupos pop más importantes, Timbiriche, por lo que ellos -a bien de los fans de esta banda- lo homenajearon con "Princesa tibetana", "Con todos menos conmigo" y "Si no es ahora", en la cual Erik tuvo la "suerte" de equivocarse.
Pero no fue el único tributo que realizaron, pues Sasha emitió unas palabras para Gustavo Cerati e inmediatamente después empezaron a cantar rolas como "Persiana americana", "Cuando pase el temblor", "De música ligera" y "Juegos de Seducción".
No cabe duda que el concierto fue creado para honrar, de alguna manera, las carreras en solitario de Sasha Sökol, Benny Ibarra, y Erik Rubín con canciones como "Rueda Mi Mente", "Sin Ti", "Sólo Tú" y "Cielo", pasando de la balada al rock pop, en un dos por tres y haciendo cantar y brincar a cientos de seguidores.
Uno de los mejores momentos llegó con la canción de Presuntos Implicados, "Cómo hemos cambiado", pues además de que el beat que le pusieron a este tema es increíble, las pantallas que simulaban que caminaban por la calle, mientras veíamos algunas fotos y videos de toda su carrera musical, hicieron un gran deleite visual, ¡maravilloso!
Y para variar y no perder la costumbre, realizaron lo que muchos artistas hacen (si no es que todos), se despidieron para que el público les pidiera otra, ¿y qué creen? regresaron al escenario y siguieron interpretando tres canciones más para finalizar con "Dame amor".
Con esta canción bailaron una coreografía sencilla, considerando que a Rubín sí le costó trabajo mover sus dos pies izquierdos, pero que a todos nos puso de buenas por la mezcla de colores y energía que el trío emitía.
Fue mi primer concierto del año (y los que me faltan) y créanme que inicié con el pie derecho, me gustó mucho por la sincronía que había entre las pantallas y los intérpretes; no hubo lucha de egos, cada uno brilló a su estilo; la variabilidad de las canciones me latió; el único pero que encuentro fue el tema con que finalizaron la velada, la canción que interpretaba Rubín en solitario, tiene punch, pero considero que le falta "algo" para cerrar con broche de oro el concierto.
Mientras tanto tendré que esperar lo que Benny, Sasha y Erik nos prepararán para el Auditorio Nacional, porque ahí sí, seguro estaré en Primera Fila.