Vestuario de Hombres desnuda el morbo

Tuve la oportunidad de verla, por vez primera, cuando estaba en El Círculo Teatral, ese lugar de la Condesa que permite adentrarte casi a la epidermis de los actores y mojarte de sus emociones e invadirte de sus pensamientos, mientras dure el espectáculo proyectado.

Yo me enteré de "Vestuario de Hombres" por un tuit y poco a poco, este me fue llevando a investigar de lo qué se trataba y posteriormente lanzarme a verla y conocer este trabajo que me dejó con un grato sabor de boca pero con ciertas texturas amargas.

Tengo que ser franco, desde el primer momento el póster me llamó la atención (ya se imaginarán la razón) y estoy seguro que la mayoría que lo ha visto le ha ocurrido lo mismo, el morbo vende y vende muy bien, pero después que veas la obra dirigida por Eric Morales, te quedarás convencido que la historia es más que un torso, piernas o glúteos descubiertos, ¿o a caso los que han entrado a un vestidor no se desvisten?, si para eso es, ¿no?

La obra se desarrolla dentro de un vestidor de hombres, un sitio donde las preocupaciones, afectos, competencias y vicios quedan en total descubierto, no importando cómo eres o quién te crees que eres; y es aquí donde el Real Atlético Lacrosse, representante de México, está a unos minutos de jugar el partido final del campeonato mundial.


Si no tienes idea qué es lacrosse, es lo menos importante, ya que nunca se hace referencia a la técnica de este impopular juego, así que si eres neófito en el asunto, ni te preocupes, la trama trata de centrarse en la interacción de los personajes.


Aquí no existen papeles principales, si bien es cierto, están dos elementos que poseen más experiencia que los restantes, léase Pablo Perroni y Roberto Duarte, pero eso permite que en vez de crear una muralla para apoderarse del escenario, retroalimenta a la mayoría de los novatos.

No dudo en que puedas verte reflejado en alguna situación mostrada, que como hombres hemos sido parte de un equipo, específicamente de algún deporte, y para las mujeres representa, echar un vistazo a ese universo que es muy probable que no conozcan.

La obra de Javier Daulte, es un show controvertido y lleno de violencia (tanto física como emocional), la cual pone a los integrantes del equipo en situaciones límite que los obligan a llegar a extremos que ni ellos mismos conocían.

Es aquí donde los tabúes, la amistad, el nacionalismo pero sobre todo, la pasión por el deporte, se mezclan para abordar una historia que nos refleja de alguna forma como sociedad.

No me gustó el final de esta historia, lo sentí forzado y tal vez, fuera de lugar. Por obvias razones no lo revelaré aquí, pero cuando veas la trama me dirás si estás de acuerdo conmigo o no.

Creo que una característica negativa es que al ser varios personajes y mostrar un poco más de ellos, da la sensación que un papel se repite con diferentes nombres, y terminas confundiendo a Silvestre con Ari, Tincho o Hernancito. 

Ya he visto dos veces la puesta en escena que ahora está en el Foro Chopin, un espacio mucho más grande que el anterior, donde no estás a escasos centimetros de los intérpretes, si no un poco más, pero eso no impide que no te involucres con la dinámica de este singular ¿equipo?