Antes de entrar al Auditorio Nacional sabía que Miguel Bosé iba a realizar un concierto espectacular, aunque jamás lo haya visto en vivo, sé con qué pie cojea; pero terminando su show me retracté y no sólo lo hizo bien, superó de sobre manera mis expectativas.
Y es que sí, fue mi primera vez con el Papito y estuvo de diez, lo hizo de maravilla, me dejó un gran sabor de boca y hasta un orgasmo auditivo tuve... ¡real!
El cantante inició la velada con "Mirarte" y segundos después, nos sorprendió cuando empezó la segunda canción y salió al escenario Aleks Syntek, al menos para mí, fue un verdadero placer tener a dos monstruos de la música pop cantándote ,¿qué más puedes pedir en esta vida?, quería que "Duende" no terminara.
Pero así fue y siguió "Nena" con la que dio la cordial bienvenida a los miles de presentes: "Haremos de esta noche un gran viaje, por 37 años de música".
Inmediatamente después, llegó la ya conocida, no por su talento y voz, si no por su "cashi shin querer", Ximena Sariñana, quien se mostraba nerviosa y se le olvidó el "shesheo" en "Aire".
Recordó sus primeros años de carrera, con sus músicos y coristas siempre interactuando con él, interpretando éxitos como "Morir de amor", "Don Diablo", "Creo en ti", "Amiga" y "Linda".
Lo que más me impresionó del show en el Coloso de Reforma, además del talento, simpatía, voz y coqueterías del cantante, fue que cada una de las 25 rolas que interpretó en toda la noche, tenía un ambiente distinto, el juego de luces, focos, videos y telas ayudaron para que esto se llevará a cabo.
Si bien es cierto que una de las ovaciones más intensas fue cuando salió el interprete de "Sexo, Pudor y Lágrimas", lo fue también cuando terminaba de cantar rolas tan emblemáticas como "Amante Bandido", "Bambú" y "Como un lobo".
"Nada particular, "Olvídame tú" y "Si tú no vuelves" fueron los temas que dieron el toque nostálgico y romántico de la velada del pasado 1 de mayo.
Los minutos transcurrían y estaba a punto de llegar el indudable final, aunque el público le pedía más, el cantante finalizó con una de mis canciones favoritas, "Te Amaré", no sin antes decir: "Que sepas, México, nunca te dejaremos". Y, al menos, yo le contesté: "Nosotros tampoco".
¿A poco no estuvo bien padre mi (pre) regalo de (des)cumpleaños? Gracias Aris.