Tengo que aceptarlo, yo no fui a ver la película del título eterno ("No sé si cortarme las venas o dejármelas largas"), por la historia o por el director, y mucho menos porque era una producción mexicana, simplemente fue porque en ella aparecía Luis Gerardo Méndez.
Sí, aquel de "Efectos Secundarios", "XY" y un sinfín de personajes antes de que la mayoría lo conociera en "Nosotros los Nobles"; claro, por si pensabas que antes de participar en esta exitosa peli no había hecho otra cosa.
Tengo que decir que la película de Manolo Caro, no es el gran filme que cambiará el rumbo de la industria cinematográfica, pero sí, es divertida y que a lo largo de más de una hora y media frente a la pantalla, te va dejando mensajes que bien valen la pena.
En la pelí, el personaje de Méndez brilla, y eso era de esperarse, lo sabía desde que anunciaron que él iba a reinterpretar el papel que hizo en teatro durante largos meses.
Y no sólo él está ahí para hacerte reír y que te duela la panza; también la que me impresionó por su timming de comedia fue Ludwika Paleta, ella realiza un papel que conforme pasan los minutos va creciendo al mismo tiempo que incrementan las tímidas carcajadas en el cine; y más allá de esto, moverte las fibras.
La historia inicia cuando Félix (Luis Ernesto Franco) se muda a un departamento y aquí comienza a conocer a sus vecinos y esto cambia la vida de estos personajes. Los vecinos que previamente no se conocían comienzan a perderse en enredos, mentiras e infidelidades.
Hay un escena donde los dos se comen a los otros tres actores, que es ma-ra-vi-llo-sa, cuando veas el largo sabrás de cuál te hablo.
Regresando a Luis Gerardo tengo que decir que en cada uno de los papeles que ha realizado, ya sea frente a cámaras o en el escenario, deja huella, y en esta filme, sin duda, lo hace.
Y bueno, ya me voy porque tengo que ir a ver la obra "Razones para ser bonita", donde quién creen que actúa, claro, él... Ya después les comentaré qué tan bien lo hace.