Sí, la verdad es que sí me gustaría vivir en Avenida Q, aunque sea un ratito, imagínate tener a un vecino que se la pasa viendo porno todo el día, otra tan amorosa que es tan dulce como un pastel de triple chocolate, un gay que no se acepta como es o una japonesa que te hace reír cada vez que abre la boca, por mencionar algunos; y esa experiencia sólo puede ocurrir en esta calle tan singular, tan versátil, tan entretenida, llena de monstruos y muppets.
Cuando entras a la sala del Teatro Arlequín lo primero que observas es una escenografía sacada del Chavo del Ocho, casi de dos pesos y tal vez este nuevo montaje no tenga el mismo presupuesto que la realizada hace algunos años por Ocesa Teatro pero considero que no hay justificación al no pintar adecuadamente las paredes.
Pero tengo que ser honesto, todo esto se queda atrás, cuando empiezan a salir cada uno de los personajes a contar una historia que posee tantas capas como las tiene una cebolla, haciendo reír, cantar, divertir pero sobre todo reflexionar hablando de temas tan comunes de una forma poco usual.
"Avenida Q" narra la historia de Princeton, un joven recién egresado de la universidad, quien llega a este barrio no tan elegante, con muchos sueños y un presupuesto muy ajustado, donde además conoce a muchos personajes que lo ayudarán en su camino a encontrar su meta.
Esa meta que tal vez a muchos se nos haga complicado elegir, llegar o simplemente creer en ella; ese fin que a todos en alguna época de la vida nos ha costado trabajo trazar.
Y lo digo de esta forma porque sin duda, la puesta en escena fue una catarsis para mí, me movió muchas fibras, me hizo tener un nudo en la garganta, compartir risas y abrazos con mi incomparable compañía, derramar lágrimas y sonreír por todas las huellas que me dejaron.
Y no, si pensaban que esta obra es meramente infantil están muy equivocados, no lo es y lo expreso porque al haber muppets en escena inmediatamente te remite a una obra para niños pero no lo es, hay algunas situaciones subidas de tono, pero que al final los pequeños pueden entender el mensaje principal.
"Avenida Q" narra la historia de Princeton, un joven recién egresado de la universidad, quien llega a este barrio no tan elegante, con muchos sueños y un presupuesto muy ajustado, donde además conoce a muchos personajes que lo ayudarán en su camino a encontrar su meta.
Esa meta que tal vez a muchos se nos haga complicado elegir, llegar o simplemente creer en ella; ese fin que a todos en alguna época de la vida nos ha costado trabajo trazar.
Y lo digo de esta forma porque sin duda, la puesta en escena fue una catarsis para mí, me movió muchas fibras, me hizo tener un nudo en la garganta, compartir risas y abrazos con mi incomparable compañía, derramar lágrimas y sonreír por todas las huellas que me dejaron.
Y no, si pensaban que esta obra es meramente infantil están muy equivocados, no lo es y lo expreso porque al haber muppets en escena inmediatamente te remite a una obra para niños pero no lo es, hay algunas situaciones subidas de tono, pero que al final los pequeños pueden entender el mensaje principal.
Si hay algo que puedo criticar son los constantes burlas hacia Imanol, un chiste está bien, te carcajeas; dos, te sigues riendo pero al tercer, cuarto, quinto e innumerables veces que citan al cantante y su carrera pierde la intensidad, ya no te genera nada; y no es que defienda al cantante pero simplemente al señalizar tanto una cosa ya no es gracioso, siento que hay partes que se deben de omitir.
El intérprete de "Imanol" es chistoso sí, compagina mucho con la gente pero al realizar tanto la misma situación del hijo de Manuel Landeta termina cayéndose del pedestal, mucho ojo con esto.
Cada uno de los actores sobresale por sus voces, talento e interpretación pero si tengo que subrayar a la actriz que realiza el personaje de Nochebuena, es genial, simpática, como ninguna, terminas amándola, en verdad, por ella y por Tricky Monster iría a ver la puesta en escena las veces que fueran necesarias.
El intérprete de "Imanol" es chistoso sí, compagina mucho con la gente pero al realizar tanto la misma situación del hijo de Manuel Landeta termina cayéndose del pedestal, mucho ojo con esto.
Cada uno de los actores sobresale por sus voces, talento e interpretación pero si tengo que subrayar a la actriz que realiza el personaje de Nochebuena, es genial, simpática, como ninguna, terminas amándola, en verdad, por ella y por Tricky Monster iría a ver la puesta en escena las veces que fueran necesarias.
La obra artística se burla de la humanidad, de nosotros mismos, de lo que vivimos día a día, con toques de alegría que te harán reflexionar de una manera divertida lo que respiramos, olemos, palpitamos y suspiramos.