Nosotros... los cuervos


Después de varias semanas de haberse estrenado y escuchar algunas opiniones encontradas, decidí ver la serie creada por Netflix, “Club de Cuervos”, para poder emitir mis aplausos o mi repudio; y confieso que estaba un poco renuente sobre todo porque el eje central de la historia es el futbol y respecto a este tema, como ustedes lo saben perfecto, y si lo desconocen, aquí puede leer cuánto amor le tengo a este singular deporte; tengo mis límites.

Pero decidí olvidarme un poco de esto, y vaya que me costó mucho trabajo, y observar el desarrollo de esta serie creada por Gary Alazraki y Michael Lam la cual inicia cuando el patriarca de una importante familia fallece y sus dos hijos (Chava e Isabel) pelean para decidir cuál de los dos asumirá el control absoluto del equipo de Los Cuervos de Nuevo Toledo.

Tengo que decir que en efecto, el futbol puede ser la guía de la serie pero afortunadamente no lo es todo, el peso también recae en la crítica social hacia los latinoamericanos pero en especifico hacia los mexicanos ya que aparecen temas que aún respiramos, vivimos y hasta diría, no nos avergüenza, como la corrupción, ambición, abuso de poder y por supuesto, la misoginia, por sólo mencionar algunos.

Puedo mencionar que la realidad supera la ficción, y en esta emisión aplica completamente esta "ley", ya que el amor/obsesión de millones de personas por dicho deporte está retratada de una manera fiel, y cómo éste en la mayoría de los casos, puede cegar a varios seguidores haciendo que la derrota de un equipo, por poner un ejemplo, sea su propio fracaso y hasta caer en depresión.


Y aunque hayan transcurrido dos años de que “Nosotros los nobles” se lanzara a la luz pública, la serie tiene muchos tintes de aquel largometraje que “catapultó” a Luis Gerardo Méndez, quien en la mayoría de las escenas lo vemos realizando a Javi Noble con un acento norteño, por no decirle extraño, y un peinado que no le ayuda absolutamente en nada urge un cambio de look para la siguiente temporada


Y hay que mencionar que la prueba fue difícil de superar, qué complicado fue quitarse la máscara del Noble, sobre todo porque hay varias bromas sinsentido que resultan sobradas y nos lo recuerdan en la mayoría de los capítulos que contiene "Club de Cuervos"; y por más que me guste el trabajo del actor a lo largo de su carrera, confieso que en esta ocasión me quedó a deber.


A su vez, Mariana Treviño sobresale en todos los aspectos, nos permite ver lo desbordante que puede ser, es glorioso verla en pantalla, su chispa y el personaje está muy bien trabajado para que te pongas en los zapatos de ella, sufras por lo que le sucede en cada capítulo y la apoyes para que ella sea la responsable del equipo, los tonos que realiza a lo largo de 13 capítulos sorprenden. Es sin duda, uno de los puntos fuertes de esta trama.


Las peleas eternas de sus personajes valen muchísimo la pena, disfrutar qué es lo que tienen que hacer con tal de salirse con la suya y ser la cabeza del equipo pambolero -y si esto le agregamos que un "mal tercio" aparece para poner en riesgo su jugosa herencia- ayudan mucho en el desarrollo de la historia, éste que dicho sea de paso, en ocasiones pudiera parecer un poco lenta, sobre todo los primeros episodios, en los cuales le hace falta arrancar por completo para darle el ritmo constante a partir del número cuatro. 


No puedo dejar a un lado las actuaciones de Ianis Guerrero, el capitán de Los Cuervos..., Daniel Gimenez Cacho, el vicepresidente del club, a quien le toca sufrir por los deslices de Chava; ambos poseen un gran trabajo, sus personajes son poderosos e influyentes en la historia. Se agradece tener a gran talento en esta serie, combinación perfecta entre experiencia y juventud.


Que sí, hay unos cuantos desnudos (y se agradecen enormemente) pero no es lo más importante, lo sobresaliente son las actuaciones de cada uno de los elementos que aparecen en pantalla, el desarrollo y el final, impactante, que deja cabos sueltos para que en unos meses más podamos ver la segunda entrega de esta serie que Netflix ha apostado tanto.