Como buen
amante de los 90, en especial de la música pop, esperaba muchísimo más de una
obra que respaldada por MejorTeatro/Morris tuviera todos
los elementos necesarios para hacer vibrar de pies a cabeza a toda la sala y
más si consideramos que la nostalgia sigue haciendo de las suyas (léase Kabah,
Mercurio, Jeans, Los Fabulosos 90s); pero me equivoqué con “Verdad o Reto”,
no salí ni bailando, cantando y con una sonrisa por recordar lo que
hace algunos ayeres viví.
La
obra mexicana escrita por Mauricio Galaz y Juan Porras, narra
la si se puede llamar historia de una reencuentro de seis viejos
amigos que se reúnen en Acapulco para cerrar círculos, descubrir algunos
secretos y revivir momentos de adolescencia que los marcaron.
Debido a que existe alternancia en los personajes, la función que me tocó ver estuvieron: Gloria Aura (Macarena), Moisés
Araiza (Pepe), Efraín Berry (Claudio), Alberto Collado (Ángelo), Diana
Bovio (Alejandra) y tengo que hacer mención especial a Paola Gómez quien
realiza a Chiquitere por su dinamismo, energía y profesionalismo que irradia en
el escenario, en definitiva sobresale de sus compañeros.
Desde los
primeros minutos vi que esto no iba por buen camino y al terminar la obra, lo
confirmé, no existe una historia lo realmente fuerte para que pueda sostener
decenas de minutos y
lo peor aún es su ritmo, muy lenta, los obscuros se hacen eternos, y qué puedo
decir de la música, dicen que "el que mucho abarca poco aprieta" y esto fue lo que
sucedió aquí, no hubo un disfrute total de cada una de las canciones y no puedo
decir de todas ya que el Puberti Mix, el Final Mix, “El recuento de los daños”,
y "Cómo hemos cambiado" fueron las que se llevaron (al menos) mis palmas.
49 son los números musicales que mezclan más de 100 éxitos que no supieron cómo acomodar, y lograr atrapar a todos los nostálgicos de aquella época.¿Saben?, es muy extraño que cuando terminan de interpretar o cantar algún tema musical no haya ningún aplauso o esos que se dan aislados y eso es sumamente incómodo, hasta de “pena ajena”, ya que debería de motivar a unir las manos para emitir lo que provoca en el público y no sucede.
49 son los números musicales que mezclan más de 100 éxitos que no supieron cómo acomodar, y lograr atrapar a todos los nostálgicos de aquella época.¿Saben?, es muy extraño que cuando terminan de interpretar o cantar algún tema musical no haya ningún aplauso o esos que se dan aislados y eso es sumamente incómodo, hasta de “pena ajena”, ya que debería de motivar a unir las manos para emitir lo que provoca en el público y no sucede.
Es
inevitable no compararla con "Mentiras", ambas son musicales, están
basadas en una década y su historia se desarrolla con secretos pero lo que las
diferencia enormemente es que la obra de José López Velarde utiliza los temas
musicales para contar la historia mientras que en "Verdad o Reto", el
escueto relato es acomodado de acuerdo a las decenas de canciones.
Sin dejar de
mencionar que en cuanto llegas a la Sala del Teatro México observas el
escenario e inmediatamente te remite a los 80, y en Santa Fe ves una
escenografía sin gran chiste, y a lo largo de las más de dos horas notas que hasta para los actores es complicado moverse en ese espacio.
Hay aspectos
que si chocan como que el ambiente se desarrolla en
Acapulco pero no lo parece y eso porque ellos lo mencionan pero si no fuera por
eso pudieran estar en China, Estados Unidos o Cuernavaca y no afectaría, el único momento que sentí que estaba en el puerto de
Guerrero fue cuando no se veía absolutamente nada en el escenario y se
escucharon unos graznidos.
Otro aspecto
que fue de pésimo gusto fue la situación del apodo del novio de uno de los
protagonistas (Angelo), ¿para qué referirse a él con un sobrenombre de una verdura (Apio)?, es muy evidente la referencia y casi al final de la obra lo confirmé. No sé por qué o para qué lo hicieron pero creo que estuvo de más.
Considero
que todo radica que no hay una gran conexión en lo que se observa; en la
gran mayoría de los musicales, y no me dejarán mentir, al final te quedas
recordando o entonando lo que se proyectó en el escenario, de querer cantar con
ellos y hasta querer comprar el disco de la obra (como sucede con Los Locos Addams, El Rey León, Bule Bule, El Show o hasta la misma Mentiras) pero no,
desafortunadamente aquí no sucede la magia, se queda corta.
¿Que si hubo
cosas positivas? Sí, pero fueron las mínimas y lo expreso
porque pudo haber sido un gran proyecto, teniendo buenas voces en el escenario, grandes actores, canciones que miles de personas tienen cariño, pero no puede ser que la historia de
telenovela no tenga rumbo, teniendo a Ocesa de respaldo, los mashups fallen,
los intérpretes sólo "cumplan" y más si le agregamos que tuve que sacar mi pasaporte para llegar al estado de Santa Fe.