Subiendo las escaleras del Teatro Ignacio López Tarso, lo primero que ves en el lobby, antes de entrar a la sala, es a todos los actores de la obra "Hermanas" durante un funeral, el silencio te recibe, estás a escasos centímetros de ellos, percibes su dolor, inhalas su tristeza, hay un par de miradas que se mezclan, abrazos de fortaleza, y en efecto, antes de tomar asiento en tu lugar ya te estás empapando de lo que en minutos podrás ver en escena: una familia sufriendo y llorando por el recién fallecido.
Pero ¡oh, sorpresa!, no lo es, y no digo que no les pegue lo que sucedió, que no les duela la muerte de Ignacio López Ferreira, el patriarca de la familia, sino que la historia protagonizada por Cecilia Suárez, Daniela Schmidt, María Aura, Anabel Ferreira y Rodrigo Cachero está narrada por sobre todas las situaciones en comedia, con tintes de drama, aspecto que ayuda para observar cómo es la dinámica de esta familia y cómo asimilan este acontecimiento.
El montaje, que relata la reunión de tres hermanas, Irene, Inés e Ivonne, tras el fallecimiento de su padre, dejará al descubierto sus más íntimos secretos mientras arreglan flores y disponen la comida de quienes los acompañan, porque ellas son de "mecha corta", poseen sus diferencias que las han venido arrastrando y de alguna manera, las tienen que poner en la mesa.
La historia original de la escritora española Carol López, se desarrolla en el comedor y en la cocina, las cuales serán testigos de las decisiones de una madre que desea salir, viajar, cambiar..., las de un adolescente que está empezando a vivir y la de una triada de hermanas que no se ponen de acuerdo en (casi) nada pero eso no significa que no se quieran sino que hay que saber cómo manejar ese amor que se tienen, y eso es ¡divertidísimo!
Y esto sin contar con la aparición del novio perfecto, la pareja de una de ellas, interpretado por Rodrigo Cachero, quien ayuda a poner tranquilidad en esta casa y de alguna manera a aterrizar lo que está sucediendo.
Cada una de las actrices posee su crédito, su trabajo en escena, su momento climax en la obra, se percibe lo profesionales que son y las tablas que tienen para poder desarrollarse en el escenario pero hay alguien que me quedó un poco a deber: Anabel Ferreira, la verdad el personaje no me terminó de convencer al 100%, la percibí en ocasiones muy acartonada, tiene sus líneas interesantes y una escena importante pero la siento distante.
Hay dos situaciones que no me agradaron tanto: la "repetición de una escena", no entendí porqué está marcado de esta manera, considero que son muy claros los tiempos y la forma en que se desarrolla la historia; y por otro lado, yo soy cero espantado pero la situación que existe entre los personajes de María Aura y Mariano de la Garza, no encuentro explicación y no quisiera explicar de ello, porque no quiero dar el spoilerazo, pero no entendí si era tan importante este hecho.
El final es fuerte, muy duro y lo que estás viendo te estremece, hay una serie de acontecimientos que te mueven varias fibras y esto es bueno, porque al fin y al cabo siempre los más íntimos secretos (y resentimientos) de una familia, sea cual sea, saldrán a la luz.
El montaje, que relata la reunión de tres hermanas, Irene, Inés e Ivonne, tras el fallecimiento de su padre, dejará al descubierto sus más íntimos secretos mientras arreglan flores y disponen la comida de quienes los acompañan, porque ellas son de "mecha corta", poseen sus diferencias que las han venido arrastrando y de alguna manera, las tienen que poner en la mesa.
La historia original de la escritora española Carol López, se desarrolla en el comedor y en la cocina, las cuales serán testigos de las decisiones de una madre que desea salir, viajar, cambiar..., las de un adolescente que está empezando a vivir y la de una triada de hermanas que no se ponen de acuerdo en (casi) nada pero eso no significa que no se quieran sino que hay que saber cómo manejar ese amor que se tienen, y eso es ¡divertidísimo!
Y esto sin contar con la aparición del novio perfecto, la pareja de una de ellas, interpretado por Rodrigo Cachero, quien ayuda a poner tranquilidad en esta casa y de alguna manera a aterrizar lo que está sucediendo.
Cada una de las actrices posee su crédito, su trabajo en escena, su momento climax en la obra, se percibe lo profesionales que son y las tablas que tienen para poder desarrollarse en el escenario pero hay alguien que me quedó un poco a deber: Anabel Ferreira, la verdad el personaje no me terminó de convencer al 100%, la percibí en ocasiones muy acartonada, tiene sus líneas interesantes y una escena importante pero la siento distante.
Hay dos situaciones que no me agradaron tanto: la "repetición de una escena", no entendí porqué está marcado de esta manera, considero que son muy claros los tiempos y la forma en que se desarrolla la historia; y por otro lado, yo soy cero espantado pero la situación que existe entre los personajes de María Aura y Mariano de la Garza, no encuentro explicación y no quisiera explicar de ello, porque no quiero dar el spoilerazo, pero no entendí si era tan importante este hecho.
El final es fuerte, muy duro y lo que estás viendo te estremece, hay una serie de acontecimientos que te mueven varias fibras y esto es bueno, porque al fin y al cabo siempre los más íntimos secretos (y resentimientos) de una familia, sea cual sea, saldrán a la luz.