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Si tuviera que realizar un listado para que mi deceso fuera lo más alegre o llevadero que se pudiera, creo (hasta hoy) que sólo incluiría tres aspectos: expresarles durante toda mi vida a mis seres queridos cuan importantes son para mí; que nadie, absolutamente nadie, se vistiera de negro en mi funeral, no sé si los estaré viendo pero entre más color estará mejor, sin duda; y si llegan a poner música, obviamente, que sean sólo canciones pop.
Y esto lo concluí después de salir de disfrutar enormemente "Instrucciones para una muerte feliz", una puesta en escena llena de vida pero sobre todo celebra a esta, con frases, acciones, emociones, abrazos, palmadas en la espalda, festeja el momento, el tiempo y espacio, el por qué estamos y para qué estamos en esta vida.
Confieso que fui a la primera función que realizaron en el Teatro Fernando Soler pero hasta varios días después pude poner mis palabras en este texto ya que lo visto y escuchado, te deja con muchas emociones, sé perfectamente que moriré, así como toditos a mi alrededor y por eso trato de aplicar el dicho: "para qué te preocupas si no saldrás vivo de este mundo".
Cáncer es una palabra muy fuerte y más para las personas que hemos tenido de cerca a algún familiar que está luchando la batalla o desafortunadamente la "perdió", y esta es el gran bache que tiene que lidiar una familia de cuatro integrantes, llena de aristas, atascada de silencios, inundada de amor, de ese amor puro que sólo una madre puede desear.
Y hablando de madre, ¿qué les puedo decir de la tremenda actriz que protagoniza esta obra? Susana Alexander es espectacular, significativa, llena de emociones, con grandes capas de sentimientos. Tuve la oportunidad de disfrutarla hace algunos años en una puesta la cual se abordaba el tema de la muerte y enfermedad, claro, desde otra visión; y en esta ocasión está mejor que nunca, es un honor poder disfrutar en vida a la también directora en este papel porque es una de las mayores glorias en la escena teatral.
Cada uno de los personajes está bien recortado, trabajado, abordado pero las conversaciones con su hija (en la obra) Sophie Alexander Katz son de una variedad de matices, con grandes mensajes, fuertes destellos y una energía que la irradian y no sólo con ella, sino con Mariana Garza, con quien además, se ve que existe una comunicación especial, hace algunos años las habíamos visto juntas y en verdad son un par que engalana lo que es este arte, la forma de hacer teatro.
No podía dejar de mencionar el papel del padre de familia, Javier Díaz Dueñas con quien Alexander hace una mancuerna genial, contrastante, aunque sus visiones son muy diferentes, al final son una pareja, una dupla que debe de enfrentar lo que el camino les puso en frente; y el actor sabe cómo hacerlo.
Hoy en día no es fácil poner una puesta en escena pero tampoco imposible y menos si quieres que perdure semanas (o meses), y considero que "Instrucciones..." tiene todas las herramientas para perdurar, para poder disfrutar de un mensaje tan sencillo y complejo a la vez. Lo único que yo le criticaría son sus transiciones entre cada una de las escenas, podría perder ritmo; en lo personal yo checaría esos segundos que se tornan negros, que son importantes para que el hilo conductor no se perdiera.
Me gustó el final, con gran simbolismo y obvio, por respeto a quienes trabajan en este proyecto, no daré detalles pero su sencillez y emotividad que se manejó en el escenario, te deja un sello para que acabando la función abraces a tu acompañante, le hables por teléfono al ser querido que hace mucho no ves o te lances a visitar a esa persona importante para ti porque mañana puede ser muy tarde.