Fui testigo de un Crimen

Tal vez no vi cómo ocurrieron exactamente los hechos, no supe si fue con una pistola, una sierra o un cuchillo, si hubo litros de sangre, extrema violencia o fue tan sutil para que no haya habido ruido del asesinato cometido en la parte superior de un salón de belleza, pero lo que sí fui, es ser testigo de un homicidio y afortunadamente sólo eso me sucedió en "La Estética del Crimen".

Cuatro son los sospechosos en el asesinato de la famosa cantante Isabel Prat, ocurrido en el departamento que se encuentra exactamente arriba del prestigiado “Tony’s D’ Polanco Hair Salon”. Motivos para matarla, de alguna manera, tenían todos los sospechosos, por lo que dos singulares policías deberán reconstruir los hechos para hallar al culpable con la ayuda de centenares de testigos.

Nunca conocemos a la asesinada pero no hace falta, con los comentarios y opiniones que emiten cada uno de los sospechosos, nos imaginamos cómo es (o bueno, era).

Confieso que "La Manigüis" fue el gancho para yo fuera a ver esta puesta en escena y es que su intérprete Carlos Rangel, realiza uno de los papeles en la comedia, y en verdad aquí me pongo de pie porque el actor sabe dividir entre su famoso papel y el de un peluquero gay, sabe diferenciarlos perfectamente y si antes lo respetaba y me reía de lo que decía, hoy, sin duda, lo admiro más, por su manera de abordar su trabajo y la proyección que emite en cada una de las escenas.

Por su parte, a Ana González Bello yo la conocí en "Una Sucia y Chingona Historia de Amor" y en ese momento me quité el sombrero por la forma de abordar su papel (actualmente sigue esta magnífica obra en La Teatrería), y en la puesta dirigida por Rina Rajlevsky no es la excepción, lo hace maravilloso, es un personaje completamente distinto, es la asistente de la estética donde ocurre toda la ficción.

Y ya que estamos con los halagos, muy bien merecidos, sólo tengo aplausos para Monserrat Marañón quien realiza un papel fuera de serie, sus diálogos, su voz, su actitud están perfectos para que ella brille en el escenario, nunca la había visto de esta manera, se roba la obra en muchos momentos, sin duda, una de los roles que más me hizo reír.

En esta ocasión no vi al guapo de Miguel Conde sino a Fernando Villa, no tenía la oportunidad de verlo desarrollándose en el escenario y vaya que me dejó impresionado, con la boca abierta, ahora tendré que volver la obra para observar a mi tocayo.

Los policías están de diez, yo empecé a admirar a Mario Alberto Monroy desde que lo vi por vez primera en una de mis obras preferidas, "Sólo quiero hacerte feliz"; y aquí, realiza un papel extraordinario, que disfrutas por sus parlamentos o simplemente por sus caras; por su parte , su "pareja" Omar Medina, no se queda atrás y es que en él, de alguna manera cae el peso de las averiguaciones  y la mayoría de las improvisaciones. La mancuerna y la comunicación entre ambos debe ser tan fuerte para que la puesta en escena siga su flujo.

Y es que sucede que en esta obra es fundamental tener bases de lo anterior ya que al estar tan expuesto al público y no saber cómo van a reaccionar ellos, desconocen cuál será la respuesta que les darán por la que su agilidad mental debe de estar corriendo a kilómetros por hora.

Si no la has visto la obra que se desarrolla en el Teatro Fernando Soler  tienes que poner toda tu atención en todas las escenas para que sea más divertido y tengas más herramientas para poder  participar.

Lo que también me agradó es que la interacción con el público es muy natural y no se siente presionado para que participe, ya que me ha tocado otras obras que "tienes que hacerlo", aquí no, pero para ser honestos; a mí que me tocó en la primera fila y estaba participando "a cada ratito".

El único "pero" que le podría poner hay una serie de minutos donde se percibe muy mecánicos los trazos, parlamentos un tanto forzados, pero que ya pasando estos minutos la obra transcurre como agua, cada uno de los personajes tiene un por qué y un para qué en la historia.

La música me gustó, al iniciar la obra escuchas cada una de las melodías  pegajosas, las quieres volver a oír y sí, sucede y eso me gustó, ojalá que en un futuro próximo vendan el EP porque vale mucho la pena las interpretaciones de Paola Minguer, Hiromi, Diego Medel y Gloria Aura.