Dice una singular canción que esto sucede cuando la pobreza entra por la puerta y en ocasiones aplicará pero qué tanto puede cambiar una cantidad en un cheque ahora, o una multiplicada dentro de algún tiempo y esto es lo que nos pone a pensar, reflexionar y tal vez, cambiar de opinión, "El Test", la puesta en escena del Teatro Zéntrika Santa Fe, que emite una pregunta y que todos los personajes se cuestionan y al mismo tiempo se (deben) responden: ¿Qué preferirías, que te dieran 100 mil dólares en este momento o un millón dentro de diez años?
Seguramente, ya elegiste la respuesta casi de una forma inmediata, pero antes este planteamiento, la respuesta puede cambiar, si te tomas el tiempo y le vas sumando algunas variables muy personales, que tienen que ver con el amor, la seguridad, la pareja, el bienestar personal, los hijos, el amor propio… seguramente la respuesta no será tan automática, ¿no crees?
Y ante esto, los personajes de Geraldine Bazán (o Luz Ramos), Issabela Camil (o Laisha Wilkins), Rodrigo Cachero (o Claudio Lafarga) y Víctor Huggo Martin (o Juan Carlos Barreto) se tienen que enfrentar a una pregunta muy sencilla, pero al mismo tiempo, detonante, para cambiar no sólo hoy, tal vez el resto de sus vidas.
Una cena es el pretexto perfecto para que Berta, Paula, Antonio y Héctor se reúnan para hablar de sus vidas, saber en qué situación se encuentran pero también, lanzar un detonante que armará una gran polémica, proyectará mucho de quién eres, cuáles son tus principios y sobre todo moverá muchas situaciones de su relación de pareja y amistad.
Sin duda, te pone mucho a pensar en si todos tenemos un precio o qué tan importante es el dinero en la vida de cada uno, qué te mueve, si los valores o cuestiones políticas, sociales, tomarías el dinero ahora o esperarías, en fin, esta obra, todo gira en torno a "Don Dinero".
Respecto a las actuaciones, me tocó disfrutar a Claudio Lafarga (la primera vez que lo veo en teatro) y Juan Carlos Barreto, quienes no le piden nada a nadie, gran respecto por lo que hacen, saben perfecto donde están parados y en minutos puedes amar sus personajes pero al poco tiempo ya te disgusta lo que dijeron o lo que hicieron y eso es parte de esta singular historia que tiene unas vueltas de tuerca muy extrañas que te ponen a pensar, incluso horas después de que saliste de la función.
Una cena es el pretexto perfecto para que Berta, Paula, Antonio y Héctor se reúnan para hablar de sus vidas, saber en qué situación se encuentran pero también, lanzar un detonante que armará una gran polémica, proyectará mucho de quién eres, cuáles son tus principios y sobre todo moverá muchas situaciones de su relación de pareja y amistad.
Sin duda, te pone mucho a pensar en si todos tenemos un precio o qué tan importante es el dinero en la vida de cada uno, qué te mueve, si los valores o cuestiones políticas, sociales, tomarías el dinero ahora o esperarías, en fin, esta obra, todo gira en torno a "Don Dinero".
Respecto a las actuaciones, me tocó disfrutar a Claudio Lafarga (la primera vez que lo veo en teatro) y Juan Carlos Barreto, quienes no le piden nada a nadie, gran respecto por lo que hacen, saben perfecto donde están parados y en minutos puedes amar sus personajes pero al poco tiempo ya te disgusta lo que dijeron o lo que hicieron y eso es parte de esta singular historia que tiene unas vueltas de tuerca muy extrañas que te ponen a pensar, incluso horas después de que saliste de la función.
En cuanto Issabela Camil, no le creí nada, creo que es muy plana su "actuación" y lo pongo entre comillas porque es así, se desarrolla como si fuera ella misma, el papel pudo haber sido más sobresaliente pero no lo es, sus diálogos se vuelven repetitivos y su forma de decirlo no posee intención; y a parte si se le suma su peculiar vestido que se lo tiene que estar alzando para no tropezarse, ¡imagínense!. Confieso que me hubiera gustado más ver a Wilkins, en este papel.
Muy en contraste cuando aparece la actriz Luz Ramos, qué gran personaje, sus altibajos, sus tonos, ella lo aborda más que excelente, cuando pisa el escenario, lo refresca todo, la historia, el humor, el ritmo. Sencillamente, ella se come la historia a pesar de que es la que menos participa pero con ese ímpetu hace reír y a incomodar a más de uno en la sala.
La obra escrita por Jordi Vallejo Duarri y dirigida por Daniel Veronese, te hará reír, sin duda, sobre todo cuando aparece el personaje de Berta, pero al mismo tiempo te moverá para saber qué es lo que tú harías frente a esa situación y eso es sin duda un gran catalizador de emociones.