Es muy probable que escuchando este nombre se te venga a la mente el famoso jugador de futbol pero no, de ese señor no es de quien hablo, apenas si lo conozco; a quien me refiero es aquel veinteañero, el que era fan de Thundercats, que conocimos en la primera temporada de la serie de Netflix, "Club de Cuervos" haciéndole la vida mas fácil a Chava Iglesias, el personaje de Luis Gerardo Méndez.
Él, quien posee una peculiar personalidad gracias, en buena parte, a su siempre cabello relamido; y se viste de suéteres, no importando el clima, hora y lugar; se desvive para cumplir las peticiones, órdenes y deseos de su jefe, quien la mayor parte del tiempo lo ignora, pero es tan "humano" que no permite que otros lo maltraten.
Él, quien posee una peculiar personalidad gracias, en buena parte, a su siempre cabello relamido; y se viste de suéteres, no importando el clima, hora y lugar; se desvive para cumplir las peticiones, órdenes y deseos de su jefe, quien la mayor parte del tiempo lo ignora, pero es tan "humano" que no permite que otros lo maltraten.
Él, quien nos fue ganando poco a poco el corazón gracias a todo lo que realiza por Chava, estrenó su emisión "La balada de Hugo Sánchez", el cual es un spin-off de la famosa serie pero esta vez las cámaras los siguen a él continuando con lo que ocurrió en la su más reciente temporada de Club hasta que por azares del destino se tiene que hacer cargo del famoso equipo en Nicaragua para buscar el título del Duelo de las Aves.
Pero no todo es miel sobre hojuelas, como lo podría aparentar la angelical carita del actor Jesús Zavala ya que tendrá que debatir su futuro pues también tendrá un reencuentro con su familia, en especial con su madre, quien perdonará sus “traiciones” sólo si sigue con el negocio consanguíneo: la venta de ataúdes en Tamaulipas.
Tengo que ser franco, no me encantó pero sí me entretuvo, me divirtió muchísimo, el carisma y simpatía del protagonista no tiene precio, sabe perfectamente sus líneas, ha estudiado su rol a detalle y lo demuestra cada vez que aparece a cuadro y él, en definitiva, es un gran acierto para que esta serie funcione.
No importa si son sólo seis capítulos y que cada uno dure media hora, lo sobresaliente es que descubriremos un poco de su vida personal y familiar; eso sí, te vas a reír, la serie no profundiza mucho, no intenta ser dramática ni pretenciosa, pero sí una gran comedia y lo cumple de una manera digna. No se lo tomen tan en serio.
Me hubiera encantado conocer un poco más acerca de su niñez, juventud, cómo era, qué le gustaba hacer, cómo se divertía, muchos más detalles que a lo largo de tres horas de maratón, yo no tuve. Pero seguramente más adelante, nos regalarán más sorpresas.
Hay un par de detalles que no me agradaron: ¿en serio contrataron a Sergio Mayer? Yo sólo diré que para eso hay hombres que se llaman actores que puedan interpretar roles y el señor está muy lejos de serlo. No diré más.
Por otra parte, la situación del personaje del jugador "Zoombie" termina por aburrir, en verdad, una vez hubiera estado padre pero después de tantas repeticiones con esos efectillos de 3era, termina por fastidiar.
Hay otro detalle que aborda la serie, la sexualidad de Hugo, cuando lo conocimos sospechábamos algo, al transcurrir las temporadas nos hicieron entender otra cosa y hoy, en su serie, ya lo vemos acostarse con una mujer, sí, aunque no lo creas y me he quedado con la boca abierta.
Y estas son sólo algunas de las pequeñas intrigas que seguirán mientras hayan más tela de donde cortar, mientras Hugo tenga más aventuras que vivir, mientras hayan más cuervos que cuidar...