A más de dos años de haberse estrenado, y a punto de terminar su larga temporada, no me pregunten la razón pero apenas tuve la oportunidad de ir a ver el musical "La Jaula de las Locas", y no me arrepiento de haberlo hecho, lo que sí fue no haberla visto antes ya que salí con una sonrisa casi de oreja a oreja, satisfecho con lo que me provocaron y tarareando una que otra canción pegajosa, que aún la sigo entonando.
Para quien no conozca la historia, les mencionaré que es una comedia musical que aborda la historia George y Albán, una pareja de homosexuales que administran un centro nocturno, y su vida transcurre de manera habitual con sus empleados y amigos pero un día reciben la visita de su su hijo Michel, quien les comunica que va a contraer matrimonio con Amanda, la hija de un diputado ultraconservador y homófobo. Y es en este punto donde se las tienen que arreglar para que la cena de compromiso salga de la mejor manera.
La puesta en escena del Teatro Hidalgo es protagonizada por Rogelio Suárez, quien está para chuparse los dedos, es un gran deleite verlo en el papel de Zazá, con su picardía, magnífica voz, desarrollo, forma de moverse en el escenario y sobre todo atrapar al espectador y confieso que él fue una de las razones por lo que vi esta obra.
Pero no puedo dejar a un lado a su pareja en la historia, Carlos Pulido quien realiza un enorme trabajo, dejen de lado lo guapo, su talento es perceptible y mantiene una gran presencia, es el responsable de guiarnos durante todo el evento y tiene momentos que yo amé, la forma en que hace sinergía con Rogelio es extraordinaria.
Mi gran admiración para Pablo González, quien encarna el papel de Silviah, es enorme, cómica, impresionante. Me dejó con un gran sabor de boca. No tiene "pero" alguno en su desarrollo escénico.
La puesta en escena del Teatro Hidalgo es protagonizada por Rogelio Suárez, quien está para chuparse los dedos, es un gran deleite verlo en el papel de Zazá, con su picardía, magnífica voz, desarrollo, forma de moverse en el escenario y sobre todo atrapar al espectador y confieso que él fue una de las razones por lo que vi esta obra.
Pero no puedo dejar a un lado a su pareja en la historia, Carlos Pulido quien realiza un enorme trabajo, dejen de lado lo guapo, su talento es perceptible y mantiene una gran presencia, es el responsable de guiarnos durante todo el evento y tiene momentos que yo amé, la forma en que hace sinergía con Rogelio es extraordinaria.
Mi gran admiración para Pablo González, quien encarna el papel de Silviah, es enorme, cómica, impresionante. Me dejó con un gran sabor de boca. No tiene "pero" alguno en su desarrollo escénico.
Sin duda alguna, el musical no es nada pretencioso, sólo intenta divertirnos y lo realiza de gran manera, que sí, tiene algunos detalles que quizás se hubieran corregido pero al final pasan casi desapercibidos por toda la entrega que la mayoría de los interpretes deja en el escenario.
Y digo mayoría porque a quienes sí critico y la verdad, no me convencieron son los actores que desarrollaron el papel del hijo y la novia, los sentí muy grises, muy acartonados para mí, y aunque él logra rescatar su rol en la canción "Con ella me quiero casar", en general, creo que ambos fueron el frijol en el arroz.
¿Qué les digo de la música? En verdad me gustó mucho, te dan muchas ganas de pararte de tu asiento y subir al escenario a bailar, aunque tengas dos pies izquierdos. Desde canciones como "Somos lo que somos" hasta "Mejor gocemos hoy", pasando por "Contigo me quiero casar", y por supuesto "Soy lo que soy", mi favorita.
El montaje producido por Juan Torres cuenta con un escenario lleno de luces, color, dimensiones, sombras, además de múltiples cambios de vestuario, no importando si son plumas o vestidos que en ocasiones podrían parecer pesados pero gracias a la buena condición física de los actores les permite cantar y bailar en vivo sin emitir problema alguno.
Así que si quieres gozar una obra llena de texturas, tela, pulseras, anillos, colores y otros elementos muy "viriles", lánzate a ver esta enorme obra antes que cierre el telón definitivamente.
"No quiero vivir sufriendo más desilusiones"