Te pido que mires el cielo y observes la luna, el sol o, en su defecto, como ultimamente ha acontecido, la lluvia y pienses en qué probabilidad, suerte o casualidad habría que tener para que encuentres a una persona que nació exactamente el mismo día que tú, y no sólo una ocasión, sino varias veces. Y es que en definitiva, coincidir con alguien en un planeta de más de 7 billones de seres humanos es demasiado complicado y eso no se cómo llamarle si azar, destino, causalidad o simplemente "Donde los Mundos Colapsan".Silvia Navarro y Osvaldo Benavides son los cómplices de la aventura de Adrián, a quien respeto por lo que ha plasmado en sus obras, sobre todo por ser creador de uno de los textos que más me ha tocado, Wenses y Lala; ahora, nos imprime gran magia en su guión, en sus emociones, en sus delicadas definiciones de lo que están pasando los protagonistas pero sobre todo, de esos ambientes que definen a cada uno de los seres que nos están contando una historia (de amor).
Silvia lo entrega todo en el escenario, desde las primeras palabras me atrapó, lo que iba contando era tan directo, tan sutil, tan emocionante, desde su relato con su vecino Rudi hasta su viaje a la Ciudad de México, pasando por varios escenarios; aunque tengo que mencionar que hubieron segundos que los sentí eternos, los percibí como cortantes para el hilo medular de la historia, no entendí para qué se realizó esa escena "sexual".
Por su parte, Osvaldo, en un inicio me costó trabajo ser su complice pero ya que sube al escenario agarra fuerza y explota actoralmente mostrándonos su verdad a través de esos ojos verdes. Se nota que las tablas que le ha dado el teatro no han sido en vano, sus pasos, sus gestos, su entrega se percibe desde la primera fila de la sala y estoy seguro que hasta la última.
Richard (Benavides) nació en Estados Unidos mientras que Valeria (Navarro) en el Golfo de México, en donde un huracán casi, casi le arrebata la vida y le termina arrancando una pulsera que, "viajando" kilómetros de distancia, sería encontrada por él en las playas de Miami. Y sucede que, desde su infancia, el destino de este dúo parecería estar conectado a través de algunos fenómenos rebeldes de la naturaleza.
Y es que, la escena que me puso la "piel chinita", obviamente no diré de cuál se trata porque en cuanto la veas lo sabrás; es uno de los últimos trazos que se perciben de esta obra que dura casi 90 minutos, no conmoverse con esa situación en particular es imposible, está correctamente montada, muy cuidada, posee las palabras adecuadas, con los movimientos exactos, y sobre todo con el respeto que se requiere.
La escenografía e iluminación es un poema, cuando ves las dos estructuras circulares en la penumbra no sospecharías lo que son capaces de hacer, cuando empiezan a cobrar vida, inician a moverse, buscando un propósito, siendo la estructura perfecta de esta historia; es cuando gran parte de mi aplauso que emití va para el guapo responsable de esta sencillez que transmite demasiada complejidad: Pepe Valdés.
Se agradece la música pero cuando es en vivo crea otro tipo de ambiente, las notas emotivas de David Ortiz y Ricardo Estrada ayudan a transmitirnos decenas de sensaciones, múltiples de mis células se movieron más al poder escuchar cada una de las creaciones que adornaban esta historia de amor lleno de universos que se mezclan y se separan.
Bajo mi perspectiva, "Donde los Mundos Colapsan" es un relato del famoso hilo rojo invisible, que aborda la leyenda oriental en la cual menciona que este objeto nunca desaparece y permanece constantemente atado a los dedos de dos personas, a pesar del tiempo y la distancia, y yo le agregaría y de catástrofes naturales.
DONDE LOS MUNDOS COLAPSANBajo mi perspectiva, "Donde los Mundos Colapsan" es un relato del famoso hilo rojo invisible, que aborda la leyenda oriental en la cual menciona que este objeto nunca desaparece y permanece constantemente atado a los dedos de dos personas, a pesar del tiempo y la distancia, y yo le agregaría y de catástrofes naturales.
"El tiempo no es una medida"
Teatro López Tarso
Viernes 19:00 y 21:00; sábado 18:00 y 20:00; domingo 18:00 h.
Dirección: Adrián Vázquez
Dramaturgia: Adrián Vázquez
Actores: Silvia Navarro y Osvaldo Benavides