El caos de tener vecinos

Hay algo en común de quienes presumen vivir en la Condesa, respiran en la Del Valle, despiertan en el Centro o duermen en Lindavista, y es tener unos "adorables vecinos" y de este efecto social casi nadie se puede escapar, nos guste o no, ahí están, su presencia -a veces- infernal, sus ojos pispiretos llenos de curiosidad o toda esa miel en los labios que transpiran para satisfacer sus intereses, claro, en el mejor de los casos.

Te apuesto que en cualquier colonia que vivas, no te escapas de la vecina chismosa que se entera de todo; otro que siempre quiere tener la razón no importándole el bien común; también está ese ser cordial, quien trata de huir de los conflictos; no hace falta decir del famoso escandaloso; el/la que nunca está en su casa, muy pocos los conocen bien; o también, la persona que no respeta las áreas comunes.

Y estos son sólo unos cuantos ejemplos de habitantes que podrían existir, ahora imagínate, cuando se agrupan y realizan las eternas juntas vecinales donde cada uno busca satisfacer sus necesidades, y esto lo menciono porque acabo de disfrutar "Edificio San Miguel" una obra que no está tan distanciada de la realidad, plasman los problemas que podrían existir viviendo en este tipo de inmuebles.

Desde que llegas a la puerta de la Sala Novo del Teatro La Capilla, observas a Alfonso Borbolla, Gabriela Guraieb, Montserrat Marañón, Mario Alberto Monroy, Alejandro Morales y Carmen Ramos, ya inmersos en su papel, esperando -igual que tú- que la reunión mensual se lleve a cabo, para hablar desde la seguridad hasta los amoríos de algún vecino.

Aquí aparece lo interesante, puedes disfrutar de la obra dirigida por Angélica Rogel desde dos perspectivas, una siendo público y la otra, como partícipe  de esta asamblea que se realiza el primer lunes (o martes) de cada mes. Tú decides, aunque creo que se podría ir dos veces para sentir una experiencia completa. Sin duda, yo lo haría.

Cada personajes va mostrando su personalidad, sus manías, sus ambiciones, cada actor está de lujo, con los zapatos (o chanclas) bien puestos, pero honestamente, la que se lleva casi toda la obra es Carmen Ramos, plasma una Señora Robles, inquietante, audaz, poderosa que desde que la ves muestra esa picardía, que te hará reír con -casi- cada movimiento que realiza y las palabras que emite.

A su vez Montserrat Marañón es única, permea a la Señora Galvez muy sutil, muy inquietante con esa voz que no quieres dejar de escuchar porque sabes que va a decir algo inquietante y lo hace, me encanta; por su parte, Alfonso Borbolla podría hacernos creer que es un poco gris, tal vez, pero no, su personaje va creciendo mucho, cada minuto que transcurre se va quitando capas y no me quedó más que aplaudirle.

Mario Alberto Monroy reconfirmó mi respeto hacia él, qué pedazote de talento, en verdad, en los papeles que lo he visto se recrea y eso admiro, ninguno es igual a otro, gracias por las risas y sus comentarios cómicos; a su vez, Alejandro Morales, no lo reconocí en su papel del Señor Pedraza, ni a escasos tres metros de distancia, hace algunos días lo observé en "Guerra" y nada que ver, hay una verdadera transformación, mi gran admiración.

Honestamente, la puesta en escena escrita por  Gabriela Guraieb me recordó un poco a "Gente", una obra que vi en el Teatro Benito Juárez hace ya algunos meses, donde al igual se rompe la cuarta pared, hay un círculo de personas reunidas y se plasman varias problemáticas pero en esta, la sorpresa es lo que te lleva a viajar en esta historia, no sabes muy bien cuál será el trayecto.

Mientras que en la de La Capilla, los hechos están plasmados, conoces a los personajes, respiras las envidias, celos, sus traumas, sus vidas que es complicado lavarte las manos e irte porque quieres saber qué sucederá.

Confieso que hay pocos momentos que no disfruté ya que existieron trazos que la sentí repetitiva y regresaban a lo mismo; pero en general, puedo decir que me gustó mucho y el final es un dulce amargo que bien vale la pena probar y suspirar como lo hicimos casi todos.

Y es que, como diría la canción que alguna vez interpretó Susana Zabaleta: "Quien se iba a imaginar, nos tuvo que tocar vivir con esa gente". (...Y ni modo).


"Éste lugar es un cochinero"


EDIFICIO SAN MIGUEL
Sala Novo (Teatro La Capilla)
Lunes y martes 20:00 h.
Dirección: Angélica Rogel
Dramaturgia: Gabriela Guraieb
Reparto: Alfonso Borbolla, Gabriela Guraieb, Montserrat Marañón, Mario Alberto Monroy, Alejandro Morales y Carmen Ramos