Amistad con sabor a grosella

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Confieso que una de mis obras favoritas "Una sucia y muy chingona historia de amor" fue la razón principal por la que fui a ver "Era mi Compa", ya que esa obra que disfruté enormemente hace dos años fue creada por quienes hace apenas unos días estrenaron en La Teatrería un relato que aunque no la superó,  tengo que decir que es muy disfrutable, lleno de risas, emociones, talento, agua de grosella pero sobre todo honestidad y eso al final, se agradece y se aplaude.

La narrativa aborda la relación de amistad entre Iker (Rodrigo Urquidi) y Rafa (Manuel Calderón), quienes se conocen en el kinder cuando el segundo defiende al primero de ser buleado y ahí todo va perfecto, eran (o son) como Woody y Buzz, como Pedro Picapiedra y Pablo Mármol, como Sully y Mike Wazowsky, en fin como muchos otros personajes que son muy contrastantes pero saben perfecto que se tienen el uno al otro, pase lo que pase.

Mientras uno es totalmente sociable, le gusta el futbol y andar en la fiesta; el otro es todo lo opuesto, mucho más introvertido, le encanta la música y quizá su vida hubiera sido de otro tono (o sabor) sino se hubiera encontrado a su mejor amigo... y a Lucía, quien llega a su mundo a los 14 años y vino a moverles su piso, y de alguna manera, enfrentarse entre ellos y consigo mismos.

La puesta en escena nos van mostrando cómo a lo largo de su vida, su amistad va creciendo y ambientando esto, hacen referencia a música, personajes populares, películas, caricaturas que cierta generación identificará inmediatamente, aunque seguramente habrá otras personas que no sabrán de lo que están hablando.

Y aunque abordan el amor de pareja, sobresale mucho más el tema de la amistad, ese vínculo que quizá es mucho más fuerte que un dúo amoroso; porque en efecto nos muestran lo que es el verdadero sentimiento de ser "compas" compartir tu vida con alguien, demostrarle lo que sientes, divertirte  y sufrir con él... aunque no estén fisicamente juntos.

¿Qué les puedo decir de Calderón?, es enorme, he tenido el placer de haberlo visto en varias puestas y siempre lo disfruto, su comunicación no verbal, sus gestos, sus movimientos, su actuación perfectamente estudiada no tiene desperdicio; al igual que su compañero de escena Urquidi, quien está preciso, directo, realiza buena labor, lo quieres abrazar, aunque, confieso que, en ocasiones lo sentí lejano, no sé por qué pero creo que esto es cuestión de tiempo para mayor desenvolvimiento.
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Con respecto a Aída del Río, me costó trabajo su creación, y aclaro no digo que sea mala, sólo que en ocasiones, sólo quería ver a la pareja de amigos en escena, en otros ansiaba ver cómo se relacionaba con ellos y con cada uno, siento que se pudo explotar un poquito más su personaje, conocer un poquito más de ella.

La escenografía me gustó, con quizá, pocos recursos, se ambientó un espacio movible lleno de luz, de obscuridad, con cajas negras, a lo largo y ancho del escenario, tanto en el piso como -casi- en las tramoyas, que además de tener palabras (o frases) a la vista, poseen sorpresas que a lo largo de la historia ayudan para contextualizar, un poco, lo que cada uno de los intérpretes emite.

Con respecto al final, tengo un sentimiento extraño porque sentí que lo que vi no era el "original", es decir lo que se planteó como desenlace lo percibí como "metido con calzador", tal vez sentía que el tono sería más desgarrador o triste, y obviamente no les diré qué sucede pero, yo ya veía venir algo realmente fuerte y no sucedió, por eso me dejó con un saborcito de boca agridulce.



ERA MI COMPA
La Teatrería
Miércoles 20:30 h.
Dirección: Rafael Balderas, Aída del Río, Manuel Calderón
Dramaturgia: Aída del Río y Manuel Calderón

Reparto: Aída del Río, Manuel Calderón y Rodrigo Urquidi