Lo dulce de Nailed it México

Lo confieso, aunque sólo sepa hacer sándwiches y quesadillas, creo que tengo un chef de clóset o en su defecto, en mi otra vida fui cocinero, porque me gusta ver programas de cocina, y  obviamente, no todos me atraen, no lo sé pero el caso es que cuando me topé en Netflix con Nailed It!, hace un par de meses, me fascinó, desde la estructura del programa, la dinámica, los invitados, la libertad de los participantes, aunque creo que el toque más distintivo lo pone la conductora, es genial.

Nicole Byer posee un ángel enorme, contagia su alegría y te mantiene divertido los minutos que dura la emisión, es por eso que cuando se anunció que la versión mexicana iba a ser conducida por Omar Chaparro hice muecas, sí, soy muy honesto, me movió mucho que esa haya sido la elección de la tropicalización.

Y no me lo tomen a mal, sé que posee sus "detractores" pero para mí, él es un gran comediante, tiene carisma para aventar para arriba, es pésimo actor y aunque su imagen fue sobreexplotada, a mí me cae bien, pero llenar los zapatos de la presentadora era un enorme trabajo.


Y no lo hizo tan mal, sus frases y su desenvolvimiento me agradaron, en ocasiones sentí como que fue limitado pero salvó este programa que aborda lo que un grupo de aficionados, con un sorprendente historial de desastres en la cocina, hará todo lo posible por recrear obras maestras de pastelería.

Además de él aparece la juez principal que emite sus opiniones en cada etapa, Anna Ruiz, quien a mi parecer no embona a la perfección, es medio gris, estática, hubieran contratado a José Ramón Castillo o Paulina Abascal, tienen mayor carisma.

Y ojo, que quede muy claro, no critico su carrera como especialista en la cocina, la respeto pero lo que pongo en tela de juicio en su desenvolvimiento en la cámara y la interacción que posee con Omar, que se vio que les costó trabajo; sobre todo si nos remitimos al "chef original" Jacques Torres con quien la presentadora tiene un timming fenomenal.

Es así como durante seis episodios, las creaciones de los concursantes no se parecerán en nada a las originales, observamos galletas crudas, pasteles caídos, cake pops sin sabor, tiradero por todas las estaciones, en fin, un caos en todos los sentidos, pero todo esto para ganarse 200 mil pesos.

Y mientras los concursantes sufren haciendo sus hazañas, el público disfruta; la verdad, el formato se mantiene y el resultado es agradable. Si no lo has visto, date la oportunidad de hacerlo #MikeRecomienda.