Bye Bye Bird: Un vuelo sin alas

Seguramente te suenan apelativos como "El Kevin", "El Jhony", "La Jennifer Monserrat" y "El Brayan", y no, no son los que viven en tu colonia, a los que conociste en la escuela o te topaste en algún trabajo; a quienes me refiero son aquellos seres que han vivido en la marginación, han respirado violencia, y hoy son asaltantes y secuestradores quienes fueron los aprendices de su gurú, todo lo que saben fue gracias a un originario del sur de Misissipi, según ellos "el único negro en todo México": Bye Bye Bird.

Éste era un músico que amaba su armónica; que vestía siempre con ropa negra; que no tomaba ni una "caguama" porque prefería el whisky; el que los ayudó a crecer y a robar celulares; el que no practicaba sexo con condón; al que le dieron un tiro en la cabeza en aquella Unidad Habitacional de Azcapotzalco; este es el que le da nombre a la obra que se desarrolla en el Foro La Gruta del Teatro Helénico.

Es aquí donde el espacio se transforma, donde la violencia y los abusos se mezclan; donde la salsa y el blues se combinan; donde la pobreza es parte del día a día; es un lugar que hasta la misma policía tiene miedo de entrar, y es gracias a la mítica fama que poseen los personajes que  interpretan Sara Pinet, Ricardo Rodríguez y Luis Eduardo Yee.

A quienes las limitaciones económicas, desde que nacieron, los ha hecho vulnerables, los ha orillado a delinquir, los ha revolcado en un mundo hostil, un zona donde ellos no quieren salir y si en algún momento lo llegaran a soñar o pensar, están ahí sus "compas" para hacerlos aterrizar y no irse de ahí.

La puesta en escena de Alejandro Ricaño es un cristal que nos ilumina lo que somos, de lo que hemos sufrido y hacia donde podríamos ir a parar; un reflejo de lo que miles de personas viven diario; un espejo que necesita ser observado para reaccionar, pensar, reír y para demostrarnos que esa colonia puede ser cualquiera, incluso la tuya.

Porque a través de estos singulares personajes perfectamente delineados y trabajados, conocemos ese barrio, lo que se vive ahí, lo que se sufre, lo que se fuma, lo que se escucha, pero sobre todo, lo que se respira, gracias a los recuerdos tan crudos y voraces que el trío nos regalan.


Y quien nos ofreció un gran acierto es Jesús Hernández ya que su escenografía lo es, no porque sea bonita, en términos estéticos, sino que es muy funcional y dinámica; la plataforma giratoria ayuda a mostrarnos diversos ambientes y episodios, en los cuales son ayudados por pocos elementos para representar lo que cada uno de los personajes ha vivido.

Hay un aspecto que honestamente me molestó mucho y sé que es muy personal pero sí lo siento repetitivo, y es cuando hacen sonidos con su boca emulando escupir; un par de veces podría estar bien, pero creo que se abusa de esta situación y me pareció muy "básico".

Sin duda alguna, este poderoso universo lleno de drogas, medallas de San Judas, palabras violentas y  escenas crudas nos viene a recordar en qué mundo estamos viviendo, en qué universo caótico hemos llegado y en qué espacio podemos llegar a caer.



"Gracias a él, la mitad de la unidad se hizo bilingüe"

BYE BYE BIRD 
Foro La Gruta / Teatro Helénico 
Lunes 20:30 h. 
Dramaturgia: José Manuel Hidalgo  
Dirección: Alejandro Ricaño 
Reparto: Sara Pinet, Ricardo Rodríguez y Luis Eduardo Yee