¡Qué huevos los de su madre!

Y es que sí, las madres dan la vida por sus hijos, luchan con todo su amor por ellos, se desviven para cuidarlos, están al pendiente de ellos, los protegen tanto que, en muchos casos, se potencializa a tal grado de no dejarlos ser, ni de volar, de estar checándolos que hasta ni casados se cortan el cordón umbilical, este elemento que "educó" cierto machismo con toques de manipulación y sello de propiedad, y esto se ve reflejado en la vida del personaje principal de "Los Huevos de mi Madre". 

La puesta en escena aborda a Armando (Fernando Botero), un hombre que sufre la separación de su pareja y llega a deprimirse mucho, a tal grado que en su contestadora grabó un mensaje explicando que no está disponible porque ha pensado en suicidarse, hecho que a su madre (Lupita Sandoval) le preocupa sólo un poco porque ya que lo conoce muy bien que sabe que no lo hará...¿o sí? 

La idea principal del texto que se desarrolla en el Teatro Xola, me gustó pero en ocasiones la sentí repetitivo, sentí que me faltó más información, un poco más de "carnita" para que fuera más substancioso; en efecto, tiene grandes cualidades que le aplaudo pero la percibí como un sube y baja.

No sé qué pensar del desenvolvimiento de Botero en el escenario, si bien es cierto, su carisma te puede atrapar; su voz, cautivar; pero existe algo en la ejecución del personaje que a mí no me cuadró, la mayor parte de su narración no lo percibí como un hombre abandonado, me costó trabajo creer su realidad, sus trazos, tono de voz, la intención de sus palabras.

Lo que sí ayudaba enormemente eran las canciones que él mismo compuso, en su mayoría, puesto que impulsaban su narrativa, ya que cuando él nos platicaba lo que vivió y está sufriendo, no se la compré del todo y la música en vivo, extraordinaria, fue lo que le otorgó un gran plus.

Sentía, de repente, exageraciones o marcas de comedia forzadas, tratando de ser chistoso, incluso, movimientos muy automatizados o algunos "brinquitos", que en vez de tratar de ponerme en sus zapatos, me daban ganas de reír.

Por ejemplo, existe un momento en la obra, en el que él esté recogiendo su casa mientras canta pero la dirección es superflua que se pierde y en vez de sentirlo, yo sólo observaba qué le falta por levantar para "limpiar el escenario" y terminara de dar vueltas.

Yo sé que realizar teatro no es tarea fácil, la obra no está mal, tiene varios aciertos, y uno de ellos es Lupita Sandoval, sin duda, la actriz le imprime un sello especial, cuando aparece en escena es una gran luz, y cuando no está, deseas que llegue su participación porque es un bombón, una gloria la farsa que maneja, sus lineas, su manera de abordar el personaje  me encantó, y sobre todo de adueñarse del público. 

La actriz realiza el papel de una madre totalmente absorbente quien no puede vivir sin el hijo, está al pendiente de él, sobre todo, ahora que está abandonado por su mujer, busca la manera para verlo, o al menos que le conteste el teléfono, realizando, eso sí, algunos cuantos chantajes emocionales.

Confieso que la interpretación final de la obra dirigida por  fue lo que más me agradó, podría ser un momento tan simple pero fue muy especial verlos juntos, reconociéndose, hablando y exponiendo qué es lo que estaba sucediendo en su relación.

Y no sólo de su relación, sino de las enseñanzas que la vida nos pone en el camino, y depende de cada uno tomar una mejor decisión de cada tropiezo o cada logro. 


"Si hubiera tenido dos mamás, ya me hubiera suicidado"

LOS HUEVOS DE MI MADRE
Teatro Xola
Martes 20:30 h.
Dirección: Laura Jerkov
Dramaturgia: Fernando Botero

Reparto: Lupita Sandoval y Fernando Botero