Entre un hijo trans y una madre lesbiana

Así vive, sufre, se divierte, se preocupa, se redescubre, Naomi Watts, o mejor dicho, Maggie, el personaje que ella desarrolla en la película "3 Generations" o "Conociendo a Ray", un filme dirigido por Gaby Dellal, la cual se centra en tres generaciones de una familia que viven bajo un mismo techo y son afectados por la transformación de una de ellas.

En esta historia, Elle Fanning interpreta a Ray, quien no está contenta con el cuerpo con el que nació y decide cambiarlo, pero no es cosa fácil puesto que su madre (Watts) a quien le está costando trabajo el proceso, ahora deberá encontrar al padre biológico para que dé su consentimiento legal.

Pero por si esto fuera poco, un elemento más adereza la situación: la abuela (Susan Sarandon), ya  que ambas viven en su casa y la de su pareja, detalle, que de alguna manera pone en descubierto, la forma de pensar y ser de cada una de ellas.

Honestamente he visto contados filmes en donde se aborde el tema trans como "Transamerica" o "La Chica Danesa" pero este largometraje que me topé en Netflix, sobrepasó mi admiración por todo lo que se muestra en cada cuadro, en cada imagen, en cada parte del guión porque se habla con verdad, con realidad, reflejando la actualidad.

Imagínense, si de por sí, la adolescencia es quizás el transe más difícil que puede tener un ser humano, ahora, si no estás a gusto con el cuerpo que se te fue asignado al nacer, todo se desborda y para Ray, no es la excepción, sabe que no tiene la vida perfecta, ni las familias ideal pero busca su felicidad y la quiere a toda costa. Y eso es lo que importa.

La interpretación de Fanning es magnífica, la forma en cómo lo aborda te enloquece porque la entiendes, logras ponerte en sus zapatos para entablar un diálogo, comprendes su rebeldía, sus gesticulaciones, su tristeza en la mirada la percibes a kilómetros.


Pero no puedo dejar de mencionar el interesante trabajo de Sarandon ni el de Watts porque logran darnos diversos puntos de vista de dos generaciones que tratan de entender la situación con el corazón en la mano.

Es un definitiva, un filme atascado de fuerza, por lo que se dice y la huella que quiere dejar, que no recurre a sentimentalismos baratos, que en efecto, hay ciertos momentos que es necesario que se te cierre la garganta o te lubriquen los ojos, pero en general, el humor va hilando las palabras a pesar de ser un drama, de principio a fin.

Esta película la deberían de ver, sí, los adolescentes que se sienten diferentes, que les pasa por la mente que algo no está bien en su ser; pero no sólo ellos, los adultos también, para que abran la mente que hay personas distintas y poseen una familia, una voz para compartir, una historia por escribir, un respeto.


"No tengo un asco de día, tengo un asco de existencia"