El limón más amargo del teatro

Casi siempre, antes de ir a ver una obra de teatro, trato de investigar quién la dirige, quiénes serán los interpretes, te dice mucho el nombre del productor, el lugar donde estará presentándose pero sobre todo, la historia que abordará y definitivamente, en esta ocasión, fue la premisa lo que más me atrajo de "Limón Limón Limón Limón", era demasiado interesante y me intrigó en cómo se iba a desarrollar la temática pero desafortunadamente no fue lo que esperaba.

15 minutos después de la hora pactada para que iniciara la obra dirigida por Paula Zelaya, observábamos en el escenario del Teatro La Capilla uno de los amarillos más chillantes que he visto y no sólo era la pared, también la mesa, los estantes, los bancos, parte del piso, en fin, la escenografía me cansó a minutos de haber empezado esta singular narrativa.

La historia nos regala partes (muy pequeñas, casi flashes) de una abogada (Marlene) y un músico (Oliver) quienes tienen que ajustar la forma de comunicarse, gracias a que el gobierno ha impuesto una ley que indica que todos los seres humanos debemos pronunciar solamente 140 palabras al día.

A pesar de que dura un poco más de una hora, considero que esta historia se podría resolver en 15 minutos, casi, casi como si se presentara en Microteatro, existe mucha paja, pierden demasiado tiempo en decir los números y en lo que tardan de apagar y prender las luces mientras pasan de una escena a otra.

Considero que de alguna manera, eso cansa al espectador, con acciones irrelevantes para la historia, llega a perder interés, lo que provoca que al final, para embonar el rompecabezas mostrado acerca de su "romántica historia", no te importe cuál es el principio ni el fin.

Nahuel Escobar, Alejandra Redondo, Ivonne Zurita y Roberto Beck son quienes rolan funciones, a mí me tocó observar a los dos últimos: él no está tan mal, considero que de las "palabras" o frases más sobresalientes, él las emite; mientras ella, está muy lineal, no aporta mucho al personaje. Y con trabajo, me costó creer que se trataba de una pareja sentimental.

Y tengo que ser franco, realizan varios chistes y creo que sólo me reí de uno y no es que no quisiera divertirme, sucede que la forma en que fue proyectada esta historia no logró cautivarme, poco a poco me fui alejando de ese mensaje que trataron de exponer.

En algún momento como las líneas que ellos emitían no me producían nada, ya que había perdido interés en "Limón Limón Limón Limón", sólo contaba las palabras para ver si en algún momento se pasaban y ya no pudieran hablar más. 

También tengo que pedir un mayor respeto para quienes están parados en el escenario y es  que durante la función sonó un celular; otro tipo estaba checando sus mensajes; pero lo que más me llamó la atención es que alguien de la propia producción estaba en pleno whatsapp, claro, con una luminosidad más baja, como si esa no se percibiera. 

"Ya no me quedan palabras"

LIMÓN LIMÓN LIMÓN LIMÓN
Teatro La Capilla
Miércoles 20:00 h.
$250
DRAMATURGIA: Sam Steiner
DIRECCIÓN: Paula Zelaya
REPARTO: Nahuel Escobar, Alejandra Redondo, Ivonne Zurita y Roberto Beck