"... el corazón contento, lleno de alegría" salí entonando esta famosa y antigua canción, del Teatro La Capilla, después de haberla escuchado en la obra dirigida por José Daniel Figueroa, "Hamlet García", y es que con este tema musical arranca una historia hecha un rompecabezas citadino y es que recrea situaciones que podríamos llegar a vivir, incluso sufrir día a día, sobre todo para quienes respiramos "aire puro" en la Ciudad de México.
Y no, no aborda un tópico acerca de la contaminación, de un maratón o educación ambiental; sino más bien, de aquellas pequeñas cosas que nos hacen feliz, que nos fastidian la vida, que nos hacen gritar de emoción o algunas situaciones que llegan para complicarnos la existencia, incluso a cambiarnos todo nuestro día.
Al ingresar a este recinto, lo primero que observas sobre el escenario son cuatro asientos de color blanco, mismos que serán los únicos elementos escenográficos que estarán a lo largo del espectáculo, con los cuales jugarán los intérpretes Catalina López, Jorge Pliego, Ariana Figueroa y Rodrigo Ruiz.
El texto escrito por el dramaturgo Miguel Morillo nos lleva a conocer un día de la vida de dos mujeres y dos hombres quienes vemos desde que un simple aparato despertador interrumpe su singular sueño para que después de abandonar a Morfeo, inicien su rutina, desde el desayuno, sobrevivir -literal- por el tráfico, llegar a la oficina, soportar las juntas hasta regresar a casa, después de pasar varias decenas de minutos atrapados en el transporte público.
Y aunque en efecto, planeemos nuestro día a día, un simple detalle, una inesperada situación, un insospechado accidente podría hacer cambiar un destino, una noche, la añorada rutina, y esto, lo aprenden muy bien los cuatro personajes.
Mi favorita es sin duda, Figueroa, quien interpreta a la mujer joven, es divertida, tiene mayores matices y aunque tal vez tiene menor participación, las palabras finales de su personaje valen mucho la pena; por su parte, López, realiza un personaje que desde que escuchas las primeras palabras en su peculiar monólogo inicial, te atrapa y creo que no te deja en toda la obra porque quieres saber qué sucede con ella, qué le pasa por la mente, cómo vive, cuál es su sueño.
A su vez, Ruiz encarna a un hombre pacifista pero de un momento a otro, su comportamiento violento sale a flote, y con él, acepto que en algún momento de la historia me perdí, no sé si fue por su tono de voz, su dicción o la manera de abordar su personaje, pero me cansó e hizo que perdiera el interés de su "vida".
Pliego da voz a un hombre joven que quiere pasar por la vida, desapercibido, y sus primeras palabras te abrazan, te gustaría saber cuál es su motivo; confieso que de primera instancia fue quien más me atrajo pero conforme pasaban los minutos no le veía una gran camino, lo percibía disfrutando el papel pero en ocasiones, un tanto repetitivo, lo sentí con poca dirección, aunque tuviera una gran energía y pudiera dar más.
Y es cuando te pones a pensar si el texto realmente es redondo; si posee tantas aristas para que la historia te atrape de principio a fin; si tiene algo que te haga brincar, pensar, reír o emocionarte; y desafortunadamente, no fue así, no sentí una completa empatía con todo el trabajo en general.
Teatro La Capilla
Sábado 19:00 h.
$250
DRAMATURGIA: Miguel Morillo
DIRECCIÓN: José Daniel Figueroa
REPARTO: Catalina López, Rodrigo Ruiz, Ariana Figueroa y Jorge Pliego