Esta semana tuve la suerte -y el privilegio- de ver dos obras muy peculiares dirigidas por Adrián Vázquez, el creador de uno de los espectáculos teatrales que más me ha movido, he llorado, y quienes me conocen no me dejarán mentir, que me la paso recomendándola y hablando maravillas de ella porque es un verdadero bombón, un deleite en todos los sentidos, un profundo suspiro en el corazón: "Wenses y Lala".
Y aunque el mexicano aún sigue triunfando con esta gran historia, además, tiene/tenía en cartelera "Visceral" en el Foro La Gruta, protagonizado por Verónica Bravo; y "Dos en el Camino" en el Teatro Helénico, con la participación de Pamela Ruz, Carlos Patrick Casanova, Fátima Favela y Diego Martínez Villa.
Y aunque el mexicano aún sigue triunfando con esta gran historia, además, tiene/tenía en cartelera "Visceral" en el Foro La Gruta, protagonizado por Verónica Bravo; y "Dos en el Camino" en el Teatro Helénico, con la participación de Pamela Ruz, Carlos Patrick Casanova, Fátima Favela y Diego Martínez Villa.
Mientras que la primera, que recién reestrenó temporada, nos narra parte de la vida de una joven que está a punto de ver a su madre morir en el hospital; la segunda, aborda pasajes de cuatro personajes, principalmente, que están en busca de su alma gemela, en medio de una soledad intermitente.
Y es que ambas producciones tienen algunos detalles en común, a parte del director, y una que me llamó la atención es que las dos, desde que pisas la sala teatral, la música y cada uno de los intérpretes, mediante sus expresiones faciales y actitudes, te invitan a conocer su historia, no importando si es de felicidad, frustración, ira, vicios, de violencia, de esperanza o simplemente de amor.
"Dos en el Camino" empieza con una canción de Linda Ronstadt, "Blue Bayou", mientras que los actores realizan chasquidos al unísono; a su vez, el monólogo da sus primeros pasos al ritmo de Metallica, "The unforgiven", que nos envuelve en un ambiente frío, perturbador, sin saber qué esperar de una mirada penetrante de la actriz.
Éste, tengo que decirlo, en un inicio, no me enganchó del todo, sentí demasiada furia, mucha energía, que sentía que no me llevaba a ninguna parte, me cansaba, pero conforme fueron pasando los minutos, la actriz me empezó a cautivar con su nada envidiable historia, de alguna manera, me coqueteó para conocer más de ella, y eso se lo agradezco.
Y es que ambas producciones tienen algunos detalles en común, a parte del director, y una que me llamó la atención es que las dos, desde que pisas la sala teatral, la música y cada uno de los intérpretes, mediante sus expresiones faciales y actitudes, te invitan a conocer su historia, no importando si es de felicidad, frustración, ira, vicios, de violencia, de esperanza o simplemente de amor.
"Dos en el Camino" empieza con una canción de Linda Ronstadt, "Blue Bayou", mientras que los actores realizan chasquidos al unísono; a su vez, el monólogo da sus primeros pasos al ritmo de Metallica, "The unforgiven", que nos envuelve en un ambiente frío, perturbador, sin saber qué esperar de una mirada penetrante de la actriz.
Éste, tengo que decirlo, en un inicio, no me enganchó del todo, sentí demasiada furia, mucha energía, que sentía que no me llevaba a ninguna parte, me cansaba, pero conforme fueron pasando los minutos, la actriz me empezó a cautivar con su nada envidiable historia, de alguna manera, me coqueteó para conocer más de ella, y eso se lo agradezco.
Porque para mí, lo más interesante fue de la mitad para el final, sobre todo este, que hace que cambies de cara y entiendas el porqué de sus actitud ante la vida: desde el abandono de su padre, hasta quedar embarazada, y eso sin decir que fue secuestrada y violada.
Estos son sólo algunos hechos de su vida que nos contará con una gran naturalidad y un humor negro que te empieza a alimentar poco a poco, y te rías, aunque, quizá, no quieras.
Por su parte, "Dos en el Camino", es una historia que poco a poco se va entretejiendo mezclándose con varios monólogos, estos que dan información para que tú mismo te vayas imaginando las situaciones, es un gran recurso y la manera de abordarlo es espléndida.
El cuarteto realiza un enorme trabajo, si tuviera que elegir a mi favorito sería el trabajo de "el vecino", su manera de cambiar, su forma de platicar lo que le ocurrió, su manera de empapar al público de su vida, es única.
Estos son sólo algunos hechos de su vida que nos contará con una gran naturalidad y un humor negro que te empieza a alimentar poco a poco, y te rías, aunque, quizá, no quieras.
Por su parte, "Dos en el Camino", es una historia que poco a poco se va entretejiendo mezclándose con varios monólogos, estos que dan información para que tú mismo te vayas imaginando las situaciones, es un gran recurso y la manera de abordarlo es espléndida.
El cuarteto realiza un enorme trabajo, si tuviera que elegir a mi favorito sería el trabajo de "el vecino", su manera de cambiar, su forma de platicar lo que le ocurrió, su manera de empapar al público de su vida, es única.
A los cuatro se les ve un nivel de entrega impresionante, se les percibe el corazón y es que, en muy contadas veces, alguno sale de las escenas, ya que o están apoyando en el discurso de su compañero, se están cambiando, o modificando la escenografía.
Ésta, de dos niveles, creada por Félix Arroyo, es muy dinámica y nos ayuda a crear varios ambientes, viajar a otros territorios, y una que otra sorpresa, gracias, además de la iluminación de Matías Gorlero.
En contraste con el monólogo protagonizado por Bravo quien con la iluminación y un sillón rojo, brinca, grita, se para, se acomoda, se acuesta, maldice, es su acompañante en toda la obra.
Ambas obras, dirigidas por Adrián son, sin duda, una alta dosis de felicidad, de reflexión, de esperanza, digna de tomarse acompañado... o solo.
Ambas obras, dirigidas por Adrián son, sin duda, una alta dosis de felicidad, de reflexión, de esperanza, digna de tomarse acompañado... o solo.
"Haré lo que me venga en gana hacer"
VISCERAL
DRAMATURGIA: César de María
DIRECCIÓN: Adrián Vázquez
REPARTO: Verónica Bravo
DOS EN EL CAMINO
DIRECCIÓN Y DRAMATURGIA: Adrián Vázquez
REPARTO: Fátima Favela, Diego Martínez Villa, Pamela Ruz, Carlos Patrick Casanova.