Siendo muy honestos, Sonia Franco fue la principal razón por la que quise ver la obra "Amor Oscuro", pero al llegar al Foro Lucerna me sorprendí al saber que ella no estaría y pues decidí quedarme a emprender un viaje por la incertidumbre de una historia escrita por el dramaturgo Isaac Slomianski, la cual nos cuenta la historia de una relación prohibida en la época de la inquisición.
El drama dirigido por Víctor Weinstock, recrea la historia de Inés, hermana de Alfonso Manríquez –el gran inquisidor–, quien es mayordoma de un orfanato para adolescentes y del coro femenino, y además, mantiene una relación pasional clandestina con María, una de las huérfanas.
Ana Karina Guevara (quien alterna con Franco), Gastón Yanes y Fernanda Albarrán son quienes conforman el elenco y siendo honestos, su trabajo no me molestó tanto, cada uno nos transporta a aquellas épocas, se nota el trabajo detrás de sus personajes y la responsabilidad que esto conlleva, y lo realizan enormemente.
Cada uno posee un volumen interesante, una entrega total en esa pasarela como escenario, pero creo, que la dirección fue lo que más me cansó, ya que no te lleva por ningún lado.
Está desbordante, los transiciones son muy pesadas, existen algunos trazos muy interesantes pero al tener un ritmo tan lento, podrías hartarte, por ejemplo, llegando el final de la obra no sabes que es la conclusión de esta historia y ya te enteras cuando los actores salen a despedirse con las luces prendidas para recibir los aplausos.
Porque además, Yanes, realiza muchas acciones entre escena y escena que no aportaban nada en el desarrollo de la narrativa, las sentí fuera de lugar, repetitivas, sin un propósito claro, digamos un tanto pretenciosas.
Lo que sí me causó mucha curiosidad fue el tono, había ocasiones en que algunas personas se reían y yo no entendiendo por qué era, no me causaba gracia, creo que sólo en alguna ocasión lo hice.
La narrativa se desarrolla también con la música en vivo del violonchelo de Natalia Pérez, elemento que tratan de ayudar a ubicarnos en esa época de represión; y aunque los acordes, el sonido, la forma de interpretar el instrumento, lo hacen, las representaciones visuales no ayudan en mucho.
Para empezar, los videos que se aprecian son actuados por Franco y eso me brincó mucho, ¿a caso no pudieron realizar uno con la actriz que interpretaba el papel en ese momento?, aunado a esto, considero que no aporta mucho en el desarrollo, su estética podría ser interesante pero no apoya en lo que los actores plasman.
Otro detalle no tan positivo es que al ser un escenario de dos frentes, podías ver también a varias personas frente de ti (valga la redundancia) y al ser tan interesante la narrativa, observaba a unos cuantos que se estaban durmiendo, uno de ellos era una actriz famosa de la cual no diré nombre para no quemarla, pero esto me confirma que no sólo era yo que quería que terminara el ritmo que llevaba el espectáculo.
El drama dirigido por Víctor Weinstock, recrea la historia de Inés, hermana de Alfonso Manríquez –el gran inquisidor–, quien es mayordoma de un orfanato para adolescentes y del coro femenino, y además, mantiene una relación pasional clandestina con María, una de las huérfanas.
Ana Karina Guevara (quien alterna con Franco), Gastón Yanes y Fernanda Albarrán son quienes conforman el elenco y siendo honestos, su trabajo no me molestó tanto, cada uno nos transporta a aquellas épocas, se nota el trabajo detrás de sus personajes y la responsabilidad que esto conlleva, y lo realizan enormemente.
Cada uno posee un volumen interesante, una entrega total en esa pasarela como escenario, pero creo, que la dirección fue lo que más me cansó, ya que no te lleva por ningún lado.
Está desbordante, los transiciones son muy pesadas, existen algunos trazos muy interesantes pero al tener un ritmo tan lento, podrías hartarte, por ejemplo, llegando el final de la obra no sabes que es la conclusión de esta historia y ya te enteras cuando los actores salen a despedirse con las luces prendidas para recibir los aplausos.
Porque además, Yanes, realiza muchas acciones entre escena y escena que no aportaban nada en el desarrollo de la narrativa, las sentí fuera de lugar, repetitivas, sin un propósito claro, digamos un tanto pretenciosas.
Lo que sí me causó mucha curiosidad fue el tono, había ocasiones en que algunas personas se reían y yo no entendiendo por qué era, no me causaba gracia, creo que sólo en alguna ocasión lo hice.
La narrativa se desarrolla también con la música en vivo del violonchelo de Natalia Pérez, elemento que tratan de ayudar a ubicarnos en esa época de represión; y aunque los acordes, el sonido, la forma de interpretar el instrumento, lo hacen, las representaciones visuales no ayudan en mucho.
Para empezar, los videos que se aprecian son actuados por Franco y eso me brincó mucho, ¿a caso no pudieron realizar uno con la actriz que interpretaba el papel en ese momento?, aunado a esto, considero que no aporta mucho en el desarrollo, su estética podría ser interesante pero no apoya en lo que los actores plasman.
Otro detalle no tan positivo es que al ser un escenario de dos frentes, podías ver también a varias personas frente de ti (valga la redundancia) y al ser tan interesante la narrativa, observaba a unos cuantos que se estaban durmiendo, uno de ellos era una actriz famosa de la cual no diré nombre para no quemarla, pero esto me confirma que no sólo era yo que quería que terminara el ritmo que llevaba el espectáculo.
AMOR OSCURO
Foro Lucerna
Viernes 20:00; sábados 18:00 y 20:00; y domingos 18:00 h.
$300
DIRECCIÓN: Víctor Weinstock
DRAMATURGIA: Isaac Slomianski
REPARTO: Ana Karina Guevara (Alternando con Sonia Franco), Gastón Yanes, Fernanda Albarrán.