Así es, más de tres horas estuve sentado en una de las centenas de butacas que tiene el Teatro Julio Castillo y lo menciono de esta manera para exponer la duración de "Ángeles en América" y es que sabía de antemano que duraría 200 minutos pero aún así, decidí aventurarme, y soy muy honesto, se me hizo caaasi eterna, en específico, por el tercer acto, que considero que pudieron recortarle varias escenas.
Y afortunadamente tiene dos intermedios que ayudan a pararte, respirar, estirarte, compartir ideas, regresar y observar que las personas sentadas a tu alrededor iban desapareciendo; y esto me pone a pensar si es realmente necesario que una obra dure tanto, independientemente del tema, como en este caso, que es muy complejo y lleno de inquietudes.
Y ojo, no quiero que se mal entienda, la puesta es escena dirigida por Martín Acosta posee enormes aciertos, un desarrollo entre escenas muy interesante, gran interacción que existe entre los intérpretes, aprovechamiento del espacio, pero, aquí entre nos, aún no supero la duración.
La obra situada a mediados de los ochenta, bajo las políticas económicas y morales de Ronald Reagan, aborda las vidas de varias personas que se conocen mientras se expandía poco a poco el VIH, y no sólo aborda esta enfermedad sino que hace una crítica puntual hacia las costumbres, al sistema, hacia la doble moral.
Digamos que son tres historias principales: un matrimonio mormón, en el cual hay una gran insatisfacción y una mentira latente; un abogado corrupto, homofóbico y antisemita, quien es portador del virus; y una pareja donde uno de ellos es víctima de VIH.
Y afortunadamente tiene dos intermedios que ayudan a pararte, respirar, estirarte, compartir ideas, regresar y observar que las personas sentadas a tu alrededor iban desapareciendo; y esto me pone a pensar si es realmente necesario que una obra dure tanto, independientemente del tema, como en este caso, que es muy complejo y lleno de inquietudes.
Y ojo, no quiero que se mal entienda, la puesta es escena dirigida por Martín Acosta posee enormes aciertos, un desarrollo entre escenas muy interesante, gran interacción que existe entre los intérpretes, aprovechamiento del espacio, pero, aquí entre nos, aún no supero la duración.
La obra situada a mediados de los ochenta, bajo las políticas económicas y morales de Ronald Reagan, aborda las vidas de varias personas que se conocen mientras se expandía poco a poco el VIH, y no sólo aborda esta enfermedad sino que hace una crítica puntual hacia las costumbres, al sistema, hacia la doble moral.
Digamos que son tres historias principales: un matrimonio mormón, en el cual hay una gran insatisfacción y una mentira latente; un abogado corrupto, homofóbico y antisemita, quien es portador del virus; y una pareja donde uno de ellos es víctima de VIH.
Nacho Tahhan, Laura Almela, Diego Jáuregui, Mario Eduardo de León, Fabián Corres, Diana Sedano, Fernando Álvarez Rebeil, y Tanya Gómez Andrade son los actores responsables de crear diversos ambientes que se desarrollan en la Gran Manzana, descrita por Tony Kushner.
Pero confieso, que el trabajo que más me agradó fue de Corres, quien interpreta a Prior Walter, es minucioso, exacto, te invade, te asombra y sólo quieres correr al escenario para abrazarlo. Una de sus últimas escenas es una gloria, llena de soledad, tristeza y al mismo tiempo, esperanza .
En cuanto a la escenografía, considero que es bien usada, aprovechan de elementos básicos para recrear un ambiente, y aunque al principio, podría verse sólo paredes blancas, conforme van transcurriendo los minutos vas descubriendo puertas, ventanas, sótanos, incluso, un cielo, que agilizan el desarrollo de la trama.
Lo que sí me disgustó fue la estructura puesta a la mitad de la sala, que creo que no ayuda mucho, sólo se usa en tres ocasiones y no pasaría nada si no estuviese, es un pretexto para cansar más a los actores, en lo que corren de un lado al otro. No me pareció tan funcional.
"Ángeles en América", a pesar de entretejer temas muy fuertes, es aderezada por un sentido del humor muy negro, que ayuda para digerir todo la decadencia cínica y culpa plasmada en el escenario del Centro Cultural del Bosque.
Centro Cultural del Bosque / Teatro Julio Castillo
Jueves a domingo a las 18:00 h.
$150
DRAMATURGIA: Tony Kushner
DIRECCIÓN: Martín Acosta
REPARTO: Georgina Tábora, Diego Jáuregui, Mario Eduardo de León, Fabián Corres, Diana Sedano, Fernando Álvarez Rebeil, Nacho Tahhan y Tanya Gómez Andrade.