Si yo les dijera: ¡vamos al teatro a ver cómo se relacionan, o mejor dicho, se pelean, dos astrónomos del Siglo XVI!, es muy probable que harían gestos y lo pensaran antes de ir conmigo, ¿o no?, sean francos... pero esta pequeña confrontación entre Tycho Brahe y Johannes Kepler es sólo una pequeña premisa de una enorme historia creada por Juan Villoro, que posee muchas capas, grandes descubrimientos y escenas amalgamadas con grandes diálogos.
Inicias viendo la rivalidad entre el débil, ensimismado y un poco jorobado de Kepler y el cínico, soberbio e imponente de Brahe; y terminas sorprendiéndote que son dos actores ensayando sus respectivos papeles para una aparente "presentación".
Y aquí no para la confrontación, al contrario, parece que se multiplica cuando las "escuelas" entre un intérprete de edad avanzada y uno joven, chocan, ya sea por su desarrollo profesional, por sus ideas distintas, rituales opuestos o por la simple idea de estar en ese espacio.
"La Desobediencia de Marte" es una obra que quizá en un inicio te sientas incapaz de entender muy bien lo que está sucediendo, pero al transcurrir los minutos y ver la manera en que Víctor Trujillo y Mauricio Isaac van manejando sus pieles sobre el escenario, lo terminas disfrutando.
Y eso fue lo que a mí me sucedió, la quería ver, pero por la temática inicial, la postergué, hasta que un día fui convencido para asistir al teatro, y créanme que no me arrepiento porque, además, de sorprenderme, y gozar la interacción que existe frente a tus ojos, hay varias cosas que indudablemente te harán reír.
De las actuaciones no puedo decir nada malo, ambos son geniales, podría ser, sólo, quizá, que un inicio yo percibía a Mauricio no tan al nivel de Víctor, y se me hacía un poco raro, pero conforme van transcurriendo los minutos sus planetas se fueron alineando y ambos compiten en una conversación muy espacial, llena de humor, de fuerza, de profesionalismo.
Las gesticulaciones de Isaac, sus movimientos, su tristeza y su perdición, contrastan con las palabras, los tonos y la manera de desenvolverse tan bien de Trujillo, en un escenario.
Entre maquetas móviles diseñadas por Damián Ortega que incluye instrumentos antiguos de medición antigua, se desarrolla no sólo una historia sino más, que tiene que ver con el universo mismo, ya que como lo menciona de alguna manera la obra: las relaciones humanas son igual de complejas que lo que ocurre en las galaxias.
El texto es sumamente interesante, posiblemente, en ocasiones, te podrías sentir perdido, pero al transcurrir los diálogos y dejar que las palabras de Villoro invadan tus oídos, creanme que me vas a agradecer esta recomendación que se desarrolla en el Teatro Milán.
Y aquí no para la confrontación, al contrario, parece que se multiplica cuando las "escuelas" entre un intérprete de edad avanzada y uno joven, chocan, ya sea por su desarrollo profesional, por sus ideas distintas, rituales opuestos o por la simple idea de estar en ese espacio.
"La Desobediencia de Marte" es una obra que quizá en un inicio te sientas incapaz de entender muy bien lo que está sucediendo, pero al transcurrir los minutos y ver la manera en que Víctor Trujillo y Mauricio Isaac van manejando sus pieles sobre el escenario, lo terminas disfrutando.
Y eso fue lo que a mí me sucedió, la quería ver, pero por la temática inicial, la postergué, hasta que un día fui convencido para asistir al teatro, y créanme que no me arrepiento porque, además, de sorprenderme, y gozar la interacción que existe frente a tus ojos, hay varias cosas que indudablemente te harán reír.
De las actuaciones no puedo decir nada malo, ambos son geniales, podría ser, sólo, quizá, que un inicio yo percibía a Mauricio no tan al nivel de Víctor, y se me hacía un poco raro, pero conforme van transcurriendo los minutos sus planetas se fueron alineando y ambos compiten en una conversación muy espacial, llena de humor, de fuerza, de profesionalismo.
Las gesticulaciones de Isaac, sus movimientos, su tristeza y su perdición, contrastan con las palabras, los tonos y la manera de desenvolverse tan bien de Trujillo, en un escenario.
Entre maquetas móviles diseñadas por Damián Ortega que incluye instrumentos antiguos de medición antigua, se desarrolla no sólo una historia sino más, que tiene que ver con el universo mismo, ya que como lo menciona de alguna manera la obra: las relaciones humanas son igual de complejas que lo que ocurre en las galaxias.
El texto es sumamente interesante, posiblemente, en ocasiones, te podrías sentir perdido, pero al transcurrir los diálogos y dejar que las palabras de Villoro invadan tus oídos, creanme que me vas a agradecer esta recomendación que se desarrolla en el Teatro Milán.
"Tú eres la respuesta pero, ¿cuál es la pregunta?"
"Cada quien encuentra el cielo donde puede"
LA DESOBEDIENCIA DE MARTE
Teatro Milán
Viernes 20:45; sábado 18:15 y 20:45; domingo 17:30 horas.
$400 y $200
DRAMATURGIA: Juan Villoro
DIRECCIÓN: Antonio Castro
REPARTO: Víctor Trujillo y Mauricio Isaac