Y aunque no lo parezca, también rebelde y un poco sensible, y para muestra basta un botón: casi desde que inició la obra del Centro Cultural del Bosque, "Corazón Gordito", escuché varias palabras que me movieron e hicieron nudos mi garganta y desde ahí, estuve atento de lo que podía pasar en cada movimiento, en cada conversación, simplemente era disfrutar un verdadero bombón de chocolate de un poco más de 60 minutos, aunque el "destino sea un marrano asqueroso".
La historia se enfoca en el crecimiento de dos hermanas mellizas quienes se aman profundamente, a pesar de ser muy distintas, Stella es muy femenina, un poco ingenua, y quiere ser actriz; mientras que a Mango le encanta el futbol y es, digamos un poco más ruda, directa, sin "pelos en la lengua".
Ellas, junto con su madre, empezarán a descubrir los obstáculos por las que una mujer sigue enfrentándose sólo por nacer con los cromosomas XX, desafortunadamente. Desde los estereotipos, el abuso infantil, la soledad, la interacción familiar y los sueños personales, son tocados de una manera poco usual pero funcionan perfectamente.
Las actrices que interpretan a las mellizas, realizan un papel extraordinario, es muy complicado poder decir si tengo mi preferida puesto que a Meraqui Pradis ya la conocía por su enorme labor en "Konrad..." y a Dano Ramírez fue un gran descubrimiento verla; las dos tienen un gran carisma, proyección escénica, dinamismo y se lucen, en el mejor de los sentidos, realmente quieres seguir conociendo un poquito más de sus personajes.
Dano me atrapó con sus primeras líneas, me llegó mucho lo que emite, cómo lo dice, desde que se define como "la niña gordita de la niña bonita...", palabras muy fuertes pero reales y desafortunadamente muy comunes; mientras que la parte final de Meraqui, es una belleza, un pedazo de emociones, su comunicación no verbal.
Ellas, protegidas y llevadas de la mano por Yulleni Vertti y Alejandro Morales, quienes brillan, son puntuales en lo que emite su boca, en las acciones que poseen eco y sobre todo en los silencios que imprimen en cada uno de sus personajes muy bien delineados.
La dinámica que existe entre los cuatro intérpretes es integral, armoniosa, y esto es gracias a la minuciosa dirección de Angélica Rogel, a quién no es la primera vez que disfruto de sus trabajos como "Edificio San Miguel", "Happy", "El Juego de la Silla" y últimamente "Titus".
La escenografía creada por Matías Golero y Félix Arroyo aparentemente son tres paneles llenas de objetos, pero que a lo largo de varios minutos son transformados, gracias al movimientos y a la aventura imaginaria, en la escuela, la casa, un campo de futbol, un parque, en un corazón que es capaz de iluminarse cuando los impulsos hacen su trabajo correcto y se mantienen unidos.
En esta obra, la creatividad emana por doquier, desde que inicia hasta que vemos la conclusión de su historia, ya que existen elementos originales llenos de imaginación y color que hacen que la narrativa sea más divertida y tenga más intención, independientemente de los temas tan fuertes que pueden llegar a tocar.
Al igual que la música en vivo creada por Sebastián Lavaniegos, quien ambienta cada uno de los momentos que sufren, disfrutan o simplemente viven estas dos niñas.
Los últimos minutos de la obra escrita por Saul Enríquez son una verdadera joya, tal vez sea muy simple pero es lo que lo hace poderosa, penetrante, que te deja marcado para que puedas salir de la sala y limpiarte la lágrima o empezar a platicar de todo lo que sentiste gracias a esta montaña rusa.
Desafortunadamente a "Corazón Gordito", sólo le queda una semana para que termine su temporada, así que si no te quieres quedar con las ganas de vivir una experiencia dulce, llena de energía y esperanza, aparta tu boleto porque están volando.
La historia se enfoca en el crecimiento de dos hermanas mellizas quienes se aman profundamente, a pesar de ser muy distintas, Stella es muy femenina, un poco ingenua, y quiere ser actriz; mientras que a Mango le encanta el futbol y es, digamos un poco más ruda, directa, sin "pelos en la lengua".
Ellas, junto con su madre, empezarán a descubrir los obstáculos por las que una mujer sigue enfrentándose sólo por nacer con los cromosomas XX, desafortunadamente. Desde los estereotipos, el abuso infantil, la soledad, la interacción familiar y los sueños personales, son tocados de una manera poco usual pero funcionan perfectamente.
Las actrices que interpretan a las mellizas, realizan un papel extraordinario, es muy complicado poder decir si tengo mi preferida puesto que a Meraqui Pradis ya la conocía por su enorme labor en "Konrad..." y a Dano Ramírez fue un gran descubrimiento verla; las dos tienen un gran carisma, proyección escénica, dinamismo y se lucen, en el mejor de los sentidos, realmente quieres seguir conociendo un poquito más de sus personajes.
Dano me atrapó con sus primeras líneas, me llegó mucho lo que emite, cómo lo dice, desde que se define como "la niña gordita de la niña bonita...", palabras muy fuertes pero reales y desafortunadamente muy comunes; mientras que la parte final de Meraqui, es una belleza, un pedazo de emociones, su comunicación no verbal.
Ellas, protegidas y llevadas de la mano por Yulleni Vertti y Alejandro Morales, quienes brillan, son puntuales en lo que emite su boca, en las acciones que poseen eco y sobre todo en los silencios que imprimen en cada uno de sus personajes muy bien delineados.
La dinámica que existe entre los cuatro intérpretes es integral, armoniosa, y esto es gracias a la minuciosa dirección de Angélica Rogel, a quién no es la primera vez que disfruto de sus trabajos como "Edificio San Miguel", "Happy", "El Juego de la Silla" y últimamente "Titus".
La escenografía creada por Matías Golero y Félix Arroyo aparentemente son tres paneles llenas de objetos, pero que a lo largo de varios minutos son transformados, gracias al movimientos y a la aventura imaginaria, en la escuela, la casa, un campo de futbol, un parque, en un corazón que es capaz de iluminarse cuando los impulsos hacen su trabajo correcto y se mantienen unidos.
En esta obra, la creatividad emana por doquier, desde que inicia hasta que vemos la conclusión de su historia, ya que existen elementos originales llenos de imaginación y color que hacen que la narrativa sea más divertida y tenga más intención, independientemente de los temas tan fuertes que pueden llegar a tocar.
Al igual que la música en vivo creada por Sebastián Lavaniegos, quien ambienta cada uno de los momentos que sufren, disfrutan o simplemente viven estas dos niñas.
Los últimos minutos de la obra escrita por Saul Enríquez son una verdadera joya, tal vez sea muy simple pero es lo que lo hace poderosa, penetrante, que te deja marcado para que puedas salir de la sala y limpiarte la lágrima o empezar a platicar de todo lo que sentiste gracias a esta montaña rusa.
Desafortunadamente a "Corazón Gordito", sólo le queda una semana para que termine su temporada, así que si no te quieres quedar con las ganas de vivir una experiencia dulce, llena de energía y esperanza, aparta tu boleto porque están volando.
"El hogar a veces está lejos de la familia"
"El destino es un marrano asqueroso"
CORAZÓN GORDITO
Sala Xavier Villaurrutia / Centro Cultural del Bosque
Sábado y domingo 13:00 h.
$150
DRAMATURGIA: Saúl Enríquez
DIRECCION: Angélica Rogel
REPARTO: Yulleni Vertti, Alejandro Morales, Dano Ramírez, Meraqui Pradis y Grecia Ricart