Y esos "casi" suceden como cuando sí o sí tienes que ver una obra de teatro, que al principio de temporada no te llamaba la atención, pero con el paso del tiempo y los grandes comentarios que escuchaba y leía me motivaban para hacerlo y finalmente lo hice, casi, en su última función de "Visitando al Sr. Green".
La obra dirigida por Miguel Septién, que narra el encuentro de Ross Gardiner, un joven ejecutivo que al manejar en Nueva York, sin querer, casi atropella a un malhumorado anciano, el Sr. Green, y por este motivo, el gobierno lo multa con un servicio comunitario, muy particular, detonando una bomba de verdades y secretos.
Imagínate, es un duelo entre un hombre de la tercera edad, viudo y que posee heridas muy profundas que las ha ido enterrando cada vez más; y un joven judío, un tanto altanero y con un revelación que no se ha permitido aceptar por costumbres añejas e ideas prehistóricas.
Me gusta la dinámica que posee el dueto de actores en el escenario del Teatro Milán, en ocasiones me encantaba lo que le contestaba el uno al otro, pero a los minutos te podías enojar de un discurso inherente a ellos, específicamente en esta batalla de ideas y estructuras debido a la brecha generacional y por qué no decirlo, a la soledad.
Porque desde un inicio, se plantea un rechazo directo hacia Ross (José Ramón Berganza), de parte del Sr. Green (Alberto Lomnitz), un repudio que posee una curva muy interesante, porque a pesar de ser un tema serio, hay situaciones o palabras que hacen que te rías, posee un humor ácido que ayuda en el descubrimiento uno del otro.
Las transiciones entre escena y escena no me encantaron, tal vez dos o tres, entiendes por qué se cambiaron de ropa, pero la mayoría si no lo hacen, no pasa nada, con las palabras iluminadas, está entendido que es otro día, otro jueves o domingo. ¿Y saben?, veía de reojo a quienes estaban a mi alrededor y de repente sacaban su celular.
La escena final es una bomba, sencilla, tan directa, tan emotiva que lo único que te queda hacer es aplaudir y agradecer de lo que viste, te impactó y disfrutaste, porque sí me dieron ganas de subir a abrazarlos al escenario.
Y quiero cerrar con un comentario pertinente, ya que hay un punto que ya se está haciendo una mala costumbre de decir que la función es, en este caso, a las 8 y a esa hora, ni siquiera estábamos adentro del recinto, inició cerca de las 8:30 pm. y no es que sea quisquilloso, pero que no es mejor dejar claro la hora precisa del inicio de la obra, sólo por respeto al tiempo del público.
"No tienes por qué estar solo"
Dramaturgia: Jeff Baron