Imagínate ser homosexual, también ser drag queen, vivir en Nueva York, a finales de la década de los 70 (cuando, cabe mencionar, muy pocos comenzaban a asumir su sexualidad públicamente con el temor de ser agredidos), tener grandes dudas del corazón, pero, quizás, el problema más fuerte, tener una madre que no acepta quien realmente eres, a quien tú decidiste amar y lo que quieres hacer hacer de tu vida, esto es Torch Song.
Sí, como aquella canción sentimental corta venas, que pudiera haber sido interpretada por George Michael, Christopher Cross o Foreigner, escuchamos las lágrimas, los gritos de frustración y esa esperanza de Arnold (Rogelio Suárez) a través de una vieja estación de radio.
El montaje, del mismo autor de "La jaula de las locas", Harvey Fierstein, con adaptación de Alejandro Villalobos, explora a casi 40 años de haberse creado, un discurso que muy poco ha cambiado, si, hay mayor respeto, libertad, pero también las cuadradas ideologías, aún existen y persisten en miles de casas del globo terráqueo.
La escenografía es también creación de Villalobos y sin duda, es un gran recurso, es ágil, dinámica, sencilla, pero sobre todo es un gran acierto para que cada uno de los actores pueda jugar con ella y nosotros ver en qué se transforma.
Está de más decir que Rogelio Suárez ya se la sabe, está en su momento, deja atrás a Zazá para conquistar con este personaje que tiene un gran humor hacia la vida, que posee grandes características que ayudan a que la obra transmita una energía poderosa.
La primera parte, yo la hubiera borrado, sí, el inicio que realiza el protagonista es muy sobresaliente, me fascinó, marca pauta, tono del personaje, de las relaciones que él tiene, pero a los minutos, existe una dinámica entre Suárez y otros tres personajes que no me terminaron de convencer, sí, hubieron chistes que me hicieron reír, movimientos interesantes, pero lo sentí muy largo, se hubiera entendido en menos tiempo.
Mientras que el segundo acto fue todo lo contrario, el que más me gustó, más preciso, más certero, con mayor dinámica, poniendo los "puntos sobre las íes", demostrándonos la familia, quienes hacen reír sí o sí, y mucho, pero con esto apareció un torbellino de tensión en el cual no hubo parpadeo, quería ver cómo se estaba desarrollando el/los "enfrentamiento(s)".
Mientras que Anahí plasma una mirada, unos movimientos, una dirección tan peculiar que la terminas amando, porque a pesar de toda la ceguera que existe en su personaje, quisieras conocerla más, indagar más allá; la participación de José , el dinamismo, la entrega y el potencial del actor es sobresaliente.
Obvio, no diré qué sucede al final, pero los últimos segundos a partir de esa torch song fueron muy emotivos, la fuerza, las acciones y las caras de quienes estaban en el escenario hicieron que los admirara más, orgullosos de quienes son, de lo que hicieron en el gran escenario del Milán.
P.D. Hace mucho que no sentía un programa de mano y ¡aaah, qué bonito es! Gracias por hacerlo.
"Ni una vez me han dicho 'te amo'"
TORCH SONG
Teatro Milán
Dramaturgia: Harvey Fierstein
Dirección: Alejandro Villalobos
Reparto: Rogelio Suárez, Anahí Allué, Mariano Aguirre, Ginette Zavala, Gilberto Esparza y José Peralta.