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Había leído algunos comentarios acerca de "Calle Amor", escrita y dirigida por Laura Uribe, y no creía, pero quise arriesgarme, quise descubrir qué es lo que (a mí me) tenían que decir y ¡oh, sorpresa!, confirmé que lo mejor de la puesta en escena es el cartel, así de fuerte, así de intenso, así de triste fue.
Y este experimento escolar, no posee los elementos adecuados para que te atrape, para seguir pidiendo más, ya que desde los primeros minutos, observas una escena de "La señorita Julia", obra de teatro escrita por August Strindberg, escuchas muy poco, y posteriormente expresan qué es lo que sucedió, momentos después continúan adentrándonos con un discurso del amor construido por Disney.
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Y ya empiezas a querer estar en el juego, pero después siguen con opiniones al consumismo, gritos hacia el capitalismo, alzando las voces en pro del empoderamiento femenino, la violencia de género, sus experiencias, su perfil personal, la discriminación, y lo que vive un actor que esta empezando por su carrera, y es cuando dices "too much!".
Y no está mal que quieren levantar sus gargantas, y compartir vivencias y posturas, eso siempre lo aplaudiré, pero al ser demasiados discursos, al tratar diversos temas tan potentes e importantes, el hilo conductor se descontrola, quieren abarcar muchos aristas, y encima de lo que se "trata el amor" y se queda como un barco sin rumbo claro.
Es una lástima porque lo que percibí es que hay varias personas que aportaban ciertas cosas e imprimían su sello, podías ver, algunos talentos, pero se queda desdibujado cuando existen 14 personas en escena, uno corriendo tras el otro, brincando, quitándose el micrófono, y la verdad, me cansé de averiguar quién eran los que me habían, de alguna manera, movido alguna fibra.
Hay un elemento de la escenografía que no creo que aporte mucho y hasta puede llegar a estorbar, y continuamente está para transmitir en una pantalla lo que está captando, y al ser sinceros eran o camarazos, o muchas luces que no se distinguían bien, en fin, se pudieran ahorrar, también, eso.
Si tantas ganas tenían de hablar del amor y las experiencias que tienen hacia él, entonces, se hubieran ahorrado esas transiciones y hubieran puesto un pedestal para cada uno, con su aro de luz y ahí, hubieran jugado con la creatividad, energía y poder que poseen cada uno de los actores, y no ponerlos a bailar o a cantar al ritmo de Belanova, Fey o Jeans.
Y otro punto que considero ayudaría un poco más para que al menos se entienda un poco mejor, es la dicción de algunos actores y el uso correcto del micrófono, en ocasiones, no se entendía muy bien lo que expresaban, sobre todo cuando había música de fondo.