Pero, qué hubiera pasado si por X situación no hubiera llegado a ese encuentro, no tendría ese recuerdo tan grato de ella, quizá sólo, a los de los conciertos que he asistido; y es que de esta premisa va un poco su largometraje de Amazon: ¿qué hubiera pasado si Laura Pausini no hubiera ganado en 1993 el Festival de San Remo?
La cinta de una hora y 20 minutos, escrita por Ivan Cotroneo y Monica Rametta y dirigida por el italiano, muestra a la intérprete de “La soledad” y “Bellísimo así” recordando sus pasos desde la infancia, momentos importantes de su carrera y paralelo a esto, imaginando su vida "alterna", fuera de los reflectores.
Me queda muy claro que este audiovisual está creado para fans, siento que difícilmente, alguien ajeno o que desconozca a la italiana, le interesaría redescubrir quién es la cantante; pero sobre todo, ante sus ojos qué estuviera haciendo fuera de este mundo artístico, sino hubiera tenido la suerte y la persistencia de estar en el ojo público y vender más de 70 millones de discos.
Y es que a lo largo de varios minutos de duración observamos los inicios de la italiana, cómo fue su infancia, de qué manera trabajaba, la relación con su familia, cómo conoció a Paolo Carta, el momento de su embarazo, los conciertos que ha realizado, el nacimiento de su hija y hasta la forma de llevar una vida muy agitada.
Como fan de la cantante internacional, podría decir que me gustó mucho el producto audivisual, le imprime corazón, pero al mismo tiempo datos que nunca es tarde para conocer de ella. Uno de mis momentos favoritos fue la transición, de un restaurante a un estadio, es decir, mientras ella canta "Destinazione paradiso" pasa de ser observada por decenas de personas hasta interpretarla ante miles, es una gran revelación.
Sin mencionar una conversación que tiene con sus padres a lado de una alberca; el descubrimiento de una varita mágica que lleva en sus mejores momentos artísticos; o una videollamada que tiene la cantante con su papá cuando va de regreso a su casa, tras la "perdida" de un reconocimiento importante.
Quizá el único "pero" que le pondría es que duró menos de lo esperado, deseaba conocer un poco más, indagar situaciones muy ajenas al público, quizá, por ejemplo, de la forma de crear las canciones o de las juntas con su disquera.
Sí, lloré, me emocioné, canté, me reí y confirme mi admiración hacia aquella mujer que de joven dedicaba su tiempo a la escuela de arte, la iglesia, cuidando niños y las noches de bar con su padre; pero al mismo tiempo a esa gran Pausini que es capaz de reinventarse para saber que el hubiera no existe, aunque "Marco" haya aparecido en su vida "deseándole" una enorme suerte.
"Cada vez que no me siento bien, tengo que volver a casa"