Confieso que estaba un poco renuente a ver esta obra con sólo observar su nombre: "Te am💓 eres perfect@, ... ahora cambia! (El Musical)". Poner una "@" simulando una o dos vocales me pareció terrible, omitir una coma, agregar unos extraños signos suspensivos, además, incluir un signo de admiración (cuando se deberían de colocar dos), me movía mucho, y todo esto en tan sólo 6 palabras, pero lo más curioso es que aquí se quisieron poner más "llamativo-creativo-moderno" cuando el título en inglés es más simple: "I Love You, You're Perfect, Now Change".
Y llámenme como quieran, pero hay que fijarse hasta en los pequeños detalles cuando decides a asistir a una obra, al menos yo trato de hacerlo y creo que este "defecto" del título es el menor de la puesta en escena dirigida por Ricardo Díaz y protagonizada por Lola Cortés, Chantal Andere, Efraín Berry y Fede Di Lorenzo.
Lo primero que ves cuando entras al Teatro Hidalgo es observar parte de la escenografía, inspirada en el pop art, no me disgusta tanto, creo que se pudo hacer un poco más, explotar más elementos, poner las onomatopeyas en español, sí, a veces abusa de los colores chillantes, pero aparecen sorpresas que son funcionales a la hora de desarrollar más de una docena de historias en el escenario.
La trama, de un poco más de dos horas de duración, es representado a modo de viñetas cuyo tema principal es el amor, desde la búsqueda de una pareja, hasta la vejez, pasando por los coqueteos, el romance, la boda, los suegros, las salidas al cine, ser amantes, el matrimonio y hasta los hijos.
Y es aquí donde podría apuntar que varias de estas narrativas se sienten un poco viejas y una que otra muy forzada, si nos basamos en que el texto ahora traducido y adaptado por Enrique Arce, fue creado en 1996; entonces entenderíamos un poco el contexto de aquella época, pero por todo lo que se ve, se escucha y se aprecia, juega mucho con los épocas y termina "norteando al público".
Porque las relaciones interpersonales sí cambian, lo han hecho, desde la manera de conocer a alguien, por poner un ejemplo, y en las últimos años más, no es el mismo el público que observa esta versión a aquella que disfrutó la producida por Gonzalo Vega, hace 22 años. Son contextos que se han modificado para bien y para mal.
Y está pésimo que no le hayan apostado un poquito más a la adaptación, a pensar qué está aportando la obra, qué podría hacer para mejorar y hacerlo a lo que el día de hoy estamos viviendo, porque en definitiva, se quedaron en un discurso que no plasma nuestra realidad.
El inicio y el final de la obra original de Joe Dipietro, me parecieron aburridos, no conecté, lo sentí muy forzados, no siento que haya aportado nada, pueden estar o no, y no sucede gran cosa y lo que me preocupa que desaprovecharon, en esta parte, totalmente a los cuatro intérpretes, pudiendo explotarlos porque tienen material para hacerlo y hubieran brillado más, pero no sucedió.
Y digo me preocupa, porque si desde un inicio no te atrapa lo que los interpretes dicen o lo que te quieren hacer llegar, muy difícilmente podrás interesarte en lo que sigue.
Los cuatro tiene grandes momentos por separado o juntos, son divertidos, la mayoría de las veces, no podría remarcar a alguien en específico, pero siendo francos, a Efraín lo he visto poco en los escenarios y aquí me agradó cómo se desenvuelve y aporta mucho cuando él participa.
Hubo una parte, en especial, que me encantó, que me tocó fibras y fue la de "Así puedo vivir", escena de dos viejitos achacosos que se encuentran en un funeral, quienes se ligan o tratan de hacerlo; son lo mejor de toda la obra, disfrutamos a Berry y Cortés de una forma que quizá, nunca los había visto. Quieres llorar, pero también te ríes.
Por otro lado, sé perfectamente que no se pueden cambiar los actores de vestuario en un segundo, pero, de repente es exagerado el tiempo de espera entre una escena y otra y me dirán, pero ahí están la música mientras salen, pero no es el chiste, siento, a pesar de algunos discursos que el ritmo se cae, número tras número.
No dudo que esta obra de teatro vaya a ser reír, no dudo que te puedas divertir, pero considero que radica en la edad que posees, ya que hay situaciones y discursos que se sientes muy añejos, que difícilmente una persona de "veintipocos" pueda entender o esté familiarizada con ciertas situaciones que más que pasársela bien, se podría perder en el abismo.
"No tengo tiempo para mariposas en el estómago"
Dramaturgia: Joe DiPietro