Desde que vi la publicidad de esta puesta en escena escrita por Andrew Bovel que se desarrolla en el Teatro Rafael Solana, admiré el bonito título y empecé a indagar acerca de los elementos que la conformaban, la historia, me dio mucha curiosidad de verla porque contaba con varios actores que he disfrutado y me han gustado varios de sus trabajos, pero además, la dirección de Enrique Singer fue lo más acertado que pudieron tener.
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Porque conecta escenas, mezcla personajes, combina situaciones paralelas, recrea paisajes tan hermosos como las más dolorosas que te puedas imaginar, explorando, en general, cómo algunos patrones familiares, como el abandono y el perdón, pasan de generación a generación hasta tratar de romper el "frío legado".
Y es que esta historia nos inunda en células familiares, contada en saltos en el tiempo y con múltiples capas, que abarca cuatro generaciones de un mismo parentesco que se mueve entre Europa y Australia desde 1959 a 2039, teniendo en su reparto a: Cecilia Toussaint, Tato Alexander, Verónica Terán, Víctor Weinstock, Misha Arias, Andrés Torres Orozco, Luis Fernando Mayagoitia, Efraín Félix y Sophie Alexander Katz.
Cuando llegas a la sala para sentarte en tu butaca, observas vacío el escenario, pero si eres más observador, te asombras que alguien está en el extremo derecho del escenario, en la pierna, junto al telón, sentado en una silla y recargado sobre una mesa, y muy cerca de él están (la mayoría de) los elementos escenográficos que se van a ocupar a lo largo de esta desafiante historia.
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Porque a través de esa lluvia que ves, que escuchas, que sientes y percibes, cada uno los personajes te va lanzando, sin césar, vivencias, anécdotas, para que vayas descubriendo la verdad detrás de una "simple" sopa de pescado.
Esta puesta en escena, además, exige un alto nivel de atención, y no porque las demás no la necesiten, pero esta necesita que parpadees muy poco y eso es lo interesante, las piezas del rompecabezas se van formando poco a poco, desde un inicio, ya que las vivencias mostradas no están plasmadas en forma cronológica, se van destapando poco a poco
El diseño sonoro de Ed Corte lo sentí un poco forzado, ya que en ocasiones, sentía que era un abuso tanta lluvia, entiendo el concepto que tenía que parecer que llovía a cántaros, y los actores lo demostraban muy bien, pero dejarlo casi todo el tiempo fue lo que no me latió tanto, tal vez, recrearlo que cuando abran la puerta o dejen esta abierta se escuche muy fuerte, pero cuando cierre, disminuya totalmente las gotas.
Incluso, hubo una parte casi en lo últimos 10 minutos que el actor Víctor Weinstock estaba hablando y se escuchaban mucho más las gotas de agua que su voz.
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Sí, es una obra que te pone en jaque mate, que te hace pensar, sentir y reflexionar si donde estás parado es donde quieres estar realmente...
"Yo no creo en Dios..."
CUANDO LA LLUVIA DEJE DE CAER
Teatro Rafael Solana
Dramaturgia: Andrew Bovel
Dirección: Enrique Singer
Reparto: Cecilia Toussaint, Sophie Alexander-Katz, Tato Alexander, Verónica Terán, Víctor Weinstock, Misha Arias, Andrés Torres Orozco, Luis Fernando Mayagoitia y Efraín Félix.
Horario: Viernes 18:30 y 20:30; sábado 18:00 y 20:00; y domingo 17:30 y 19:30 horas.
Boletos: $500.