Hace algunos meses cuando observé la publicidad de "Sor-presas A-Mén!" (sic), no me llamaba la atención la obra, ya sea por el título tan extraño, originalmente se llama "Nunsense", con una gran falta de ortografía o por los carteles que no me provocaban verla.
Pero, al pasar los meses, poco a poco, escuchaba, veía y leía grandes comentarios de la puesta en escena de Dan Goggin, y fue por eso que me atreví a verla, y no sólo confirmé que los tuits eran certeros, sino que me divertí muchísimo con estas "hermanas" (de la caridad).
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El recinto famoso se convirtió en el auditorio de la secundaria Santa Elena, donde, cabe mencionar, los alumnos presentan su montaje de Vaselina, y es por eso que vemos algunos elementos de aquella historia musical, pero que aquí son incluidos de una manera muy entretenida, casual y digamos, oportuna.
Y no necesitas saber más que es el show de cinco hermanas: Sor Humberta (Pepe Ángeles), Sor Elizabeth (Diego Llamazares), Sor Amnesia (Jacobo Toledo), Sor María Cleo (Bobby Mendoza) y la Madre Superiora (Carlos Rodea) que junto con Sor Tecla y Sor Baqueta (los músicos Diego Romero y Leo Alvarado), además de la iluminación de la Hermana Sol (José Luis Narváez) hacen un espectáculo ¡a toda madre!
Y es que no encuentro otro calificativo para otorgar a este gran ingenio y creatividad que posee la narrativa, desde la presentación, los deseos y sueños de cada uno de los personajes, la manera de integrar los números musicales, sus (no) habilidades artísticas, la forma de relacionarse con el público, la respuesta de éste es inmediata y se siente.
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Y no por eso hago a un lado a todos los demás intérpretes siento que cada uno posee algún momento donde brilla, donde se desarrolla de manera integral, siento que el tono de la puesta en escena ayuda a poder admirar diferentes estilos musicales y proyecciones de los actores.
Creo que lo único que no me gustó, además del título, fue que había personas comiendo, no es un cine o un concierto, es un teatro, para que las envolturas ruidosas suenen casi todo el tiempo y ya ni decir de los ruidos con la boca que algunas personas hacen, ya ni hablemos del cubrebocas, porque si el teatro lo vende o permite eso, no se puede hacer nada.