Leer el título de esta película, lastima enormemente, se te hace un hueco en el estómago, pero, observar el póster publicitario, donde se muestra a Laura Galán (la protagonista) cansada, cubierta de sangre, con su pelo alborotado y sus ojos tristes llenos de venganza, queda claro que "Cerdita" no será, de ninguna manera, un producto audiovisual fácil de ver.
Y cuando lo checas, confirmas que no sólo te intrigó la "carta de presentación", sino que el filme de Carlota Pereda, no sólo te produce impotencia, bastante ira, frustración, mucha tristeza y hasta decepción de lo que somos como raza humana y peor aún, lo que podemos llegar a ser... y hacer.
El largometraje se centra en Sara, una adolescente que vive en pueblo chico (e infierno grande), quien ayuda a su padre en la carnicería gracias a la presión de su madre- y su única válvula de escape es escuchar música a través de sus audífonos, observar las redes sociales de sus compañeros e ir a nadar a la piscina, sola, para evitar esas miradas venenosas.
Además, que sufre, en silencio, 'bullying' -en especial- de sus compañeros debido a su sobrepeso, y hay que remarcarlo, porque lo que no se nombra, no existe, y este tema desafortunadamente sigue "sobreviviendo" y no sólo en España, de donde es la película, sino del mundo entero, por diferentes situaciones, todas, absurdas.
Si de por sí la adolescencia es la época más complicada del ser humano, se le agregan las inseguridades que se podrían tener por diferentes situaciones y no sólo hablo del sobrepeso, el exterior te bombardea por el color de piel, por tu orientación sexual, el color de los ojos, la marca de ropa que usas, de tu estatura, es decir, qué fuerte sería vivir la piel que la protagonista posee día a día.
Esas miradas que siente al caminar por la calle, esos silencios que le retumban en sus oídos al igual que todos los calificativos que le gritan sólo porque posee sobrepeso, y hasta los comentarios de la señora de la tienda que le terminan matando la poca inseguridad que tenía, y agréguenle a la batalla, que no contenga un soporte familiar, no posee un buen camino y menos si se topa con un "monstruo" con el que siente una especial conexión.
Ante todo este obscuro panorama, no existe manera que no empatices, que no te sientas mal, que se te haga un nudo en la garganta, te empiece a rodas alguna lágrima o hasta te produzca darle un abrazo, y más, si tú pasaste por algo similar.
Me llegó a pasar que observando a la protagonista, es complicado enjuiciarla por lo que hizo o dejo de hacer en los últimos minutos de la película, entiendes por qué llegó ahí y empatizas por todo ese dolor que trae cargando, por esa frustración contenida, por esa tristeza brutal.
Tuve varias escenas que me gustaron por la forma en que fueron diseñadas, por el contenido que emitía, por la interpretación, podría enumerar varias, como la de las piscina o cuando existe una revelación en una cena familiar, pero mi favorita es una, sin diálogos, casi al final, cuando hay un forcejeo y una musicalización que te pone los pelos de punta.
No puedo negar que "Cerdita" es una película complicada de ver, pero desafortunadamente muy necesaria porque no puede ser posible que la humanidad siga normalizando la violencia, sigamos peleándonos por cuestiones que se pueden resolver de otra manera, más racional.
"¿Estás bien?"