Dicen por ahí que nadie es indispensable en esta vida, que hoy estás y mañana alguien ocupa tu lugar, y en gran medida tienen razón, poco a poco, hemos dejado de ver personas trabajando en los supermercados o en sistemas bancarios, y esto se va a empezar a multiplicar en diferentes ámbitos.
Pero, si los "remplazoides" llegaran al teatro, ¿qué pasaría?, ¿los irías a ver?, ¿pagarías igual por verlos?, ¿crees que te movería de la misma manera su interpretación?, o en su defecto, ¿te gustaría saber que quien está en el escenario no es un ser humano?
Esto es lo que de alguna manera desarrolla "I.A. Inteligencia Actoral", cuando en un futuro -más que cercano- un veterano director de teatro se ve obligado a sustituir al actor que abandonó su montaje de Hamlet a tan sólo diez días antes del estreno, con un robot idéntico al histrión y a partir de este momento inician los dilemas, los problemas, las decisiones, los abusos.
La premisa de esta comedia de enredos de corte futurista me atrajo muchísimo, nos expone una serie de cuestionamientos interesantes que me retumbaron y me dejaron pensando varias horas después de haber visto la puesta en escena del Teatro Helénico, la obra es un disfrute total, es divertida, desde los primeros segundos, la historia te va envolviendo, te vas involucrando con lo que cada actor te está bombardeando, con todo lo que ellos están reflejando.
Un aspecto que abordan y yo remarcaría es el significado de ser actor, lo que conlleva, lo que produce y si sus cualidades interpretativas pueden ser suplantadas o imitadas por un "simple aparato", por un elemento sin vida, o será que ya estamos viendo lo que vivirán las generaciones futuras.
Y esto lo comento porque cada uno de los intérpretes que apostaron a este proyecto están muy bien, existe un desenvolvimiento exacto, una verdad en sus personajes, pero quien me atrapó fue Robert Beck, qué manera de entrega posee, ya lo había visto en otros proyectos, pero aquí se corona muy bien, existe una evolución, al verlo ponerse varias camisetas, de proyectar sus roles, sólo puedo aplaudirle más fuerte.
Existieron algunos detalles que afectan el ritmo de la obra dirigida por Flavio González, que manchan en gran medida esta enorme experiencia y son las transiciones, en la mayoría de ellas, aunque la producción se apure en mover los elementos de la escenografía, entre escena y escena, se cae y lo peor del caso, es que siento que en casi todas, podrían o no podrían estos diseños porque lo que estás observando va más allá de lo que se quita o se pone.
Y no es por ser exagerado con los segundos que transcurren, pero, de repente ya veía a alguien medio platicando, sacando su celular, volteando a ver a otras partes, considero que son muy largos esos momentos, aunque la narrativa te haya atrapado.
"I.A. Inteligencia Actoral" expone una situación que en algún momento llegará a nuestros ojos, en nuestros escenarios, en carne viva y es importante hablar qué tanto pueda afectar mi experiencia como espectador al observar una obra con robots, si al final de cuentas me va a ser vibrar de igual o mejor manera que la interpretación de un ser humano.
"Hamlet, el personaje que hace y deshace carreras"
I.A. INTELIGENCIA ACTORAL
Teatro Helénico
DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN: Flavio González Mello
REPARTO: Carlos Aragón, Roberto Beck, Dobrina Cristeva, Diana Sedano, Fernando Rebeil, Verónica de Alba y Elena del Río