El más grande latido del teatro

"Latir" una palabra tan esencial, tan necesaria, tan indispensable para estar, que, a partir de estas cinco letras, se dibuja una historia, escrita por Bárbara Colio, que profundiza no sólo lo que significa el amor, sino también las relaciones humanas, las enfermedades, la vejez, la entrega,  las ganas de vivir, los sueños de morir... (tam)bien. 

Si mi memoria no me falla, es la primera vez que asisto al Teatro Hernán Mendoza y valió la pena hacerlo, independientemente de conocer un recinto muy acogedor e histórico, porque te adentras a una narrativa potente, llena de capas, muy conmovedora, con muchas situaciones que te pegan directo al corazón y que estoy seguro que saliendo del recinto de Coyoacán no vas a poder dejar de hablar de ella.

Porque podría emitir muchísimos calificativos, pero siento que el que mejor la defina es que es un espectáculo muy humano, y no es que me haya identificado -totalmente- con lo que vemos en el escenario, pero sí recuerdas algún caso muy cercano, o visualizas que dentro de algunos años estarás detrás de esa barda llena de fantasías, de recuerdos y de lo que hubiera podido ser tu vida.

Porque plasma minuciosamente la toma de decisiones que emitimos en la vida, lo que realizamos -o no- y los efectos que estos tendrían en un futuro, y tal vez no lo veamos de una forma inmediata, pero sí, en algún momento saldrán a la luz esas situaciones que dejamos pasar, esos hechos que no construimos por miedo o ese escape que se pudiera haber realizado para estar con el "amor de nuestra vida".

La puesta en escena dirigida originalmente por Debbie Hannan y ahora, con dirección de remontaje de Luis Rivera, siento que es como el mar, te atrapa, te lleva, te trae, te avienta, se calma frente a ti, se acerca a tu respiración, envuelve a todo lo que has vivido, y quienes conducen este timón son Luisa Huertas y Marco Antonio García

Intérpretes que le dan vida a Corazón y Vladimir, dos personajes complejos, contrastantes y que retumban uno sobre el otro, y no me gustaría venderles la trama, sobre todo, porque deseo que vayan descubriendo todo, de principio a fin, que se sorprendan de lo que hacen para contarnos una historia desgarradoramente "viva", porque además, a través de saltos atemporales conocemos la forma en que se encuentran por vez primera hasta los pasajes los que marcaron como persona y como pareja, hasta redescubrirse y recordar quienes son/eran.


Los actores hacen un papel impresionante, los conocemos en diferentes épocas de su vida y es un punto interesante porque observas la manera en que evolucionan, cambian de piel y lo que van aprendiendo a lo largo de los años, disfrutas, su mirada, sus palabras, su forma de pararse en el escenario. En pocas palabras, su trabajo es un deleite.

Y ese final es apabullante, es muy fuerte, la forma en que fue concebido y las palabras que se emiten acompañadas por la obscuridad y haber transcurrido un hecho desgarrador, te quedas sin aliento, para inmediatamente aplaudir y hacerlo sin parar, con mis ojos lubricados, con mi corazón apachurrado, pero, vivo.

"Latir" no sólo es una historia de amor, de encuentros, también visualiza -mucho más- las situaciones que enfrentan las personas de la tercera edad, y por si fuera poco, te abre más los ojos de lo que estás haciendo con tu paso en este plano, de lo que deberías de estar agradeciendo al universo, de lo importante que es vivir y no sólo "estar viviendo".

Y lo acepto, después, de ver esta gran obra, he estado muy sentimental, muy emotivo de lo que percibo día a día, de lo que podría enfrentar en un futuro, de lo que me toque vivir, porque al final, el camino se va construyendo de esas pequeñas o grandes decisiones que tomamos, de esa bolita que va creciendo para jugar con ella o aplastarnos.

Quizá lo que no me gustó fue la cortísima temporada de la Compañía Nacional de Teatro, que afortunadamente esta vez sí me tocó boleto, pero recuerdo mu bien hace algunos meses cuando "El Diccionario", también protagonizado por Huertas, tuvo sus funciones en el CNA la pésima comunicación/publicidad para "otorgar los boletos" fue un desastre, porque según sería para el público en general, pero, al final fue una "pantalla", pero eso, es otro "latido".


"El tiempo es una palabra que no existe para mí"

"¿Todavía crees que haya un después?"

LATIR

Dramaturgia: Bárbara Colio. 

Dirección: Luis Rivera

Reparto: Marco Antonio García, Luisa Huertas, Carlos Ordóñez y Amanda Schmelz.