Entregar décadas de vida al teatro podría decirse fácil; invertir miles de horas de trabajo a este arte es plausible; hacer reír, llorar, y/o conmover al público -supongo- no es tarea sencilla; realizarlo con pasión y respeto es de seres entregados; y todo esto muy pocas personas lo han sabido hacer, muy pocas intérpretes, que siguen de pie, contadas que son vivaces y una de ellas es Susana Alexander.
Fb Susana Alexander |
La actriz que no sólo ha actuado en sus obras, también las ha dirigido cuenta con una lista larga de creaciones teatrales que ha puesto en nuestro país, me hubiera encantado ver todas, pero, la vida me impidió nacer cuando ella las realizaba, o aún no tenía este amor al teatro, pero desde que me topé con su talento, trataba de ir a verla en vivo, porque así es como se deben gozar a lo verdaderos intérpretes.
Tuve que hacer memoria cuándo fue la primera vez que la vi de cerca y fue mientras trabajaba en los "medios", en una cobertura; pero seguramente antes, lo hice, quizá de niño/adolescente, tengo una tía que a veces, nos llevaba al teatro y en una de esas ocasiones pude haberla observado sin tener en cuenta que se convertiría en "un monstruo teatral".
Y lo anterior lo menciono porque tiene todo que ver con "La velocidad de otoño", una obra con la que la actriz cierra su carrera de una manera ejemplar, y no es que la quiera llenar de elogios en este espacio, es que siempre he dicho honor a quien honor merece; y este espectáculo pone en la mesa los ciclos de la vida, de las decisiones que tomamos, de las relaciones filiales y del amor que tenemos, en especial, por uno mismo.
Una historia muy fuerte que atraviesa la relación de una señora que quiere vivir su vida a su antojo, sabe que ha "caminado mucho" y la vida no para, pero, ella no quiere dejar su espacio, su casa, y es aquí, donde vamos conociendo, poco a poco la relación que pose con sus tres hijos, pero en especifico con uno, quien es el reflejo de ella, de alguna manera.
Fernando Canek es quien lo encarna, y en un inicio no entendía muy bien su personaje, pero, poco a poco va creciendo en el escenario, observas la manera de desenvolverse en esta historia con su madre, de discutir, de llegar acuerdos, de entender razones, de buscar soluciones, de escucharSE y todo esta bomba, en muy pocos minutos.
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Hay diálogos que me paralizaron, hay palabras con las que quedé frío, hay momentos que no sabía cómo reaccionar porque independientemente que sea un tema tan filoso, tan importante y sentimental, es bordado bajo la comedia, de una manera muy entretenida, abordando su situación sentimental, la orientación de su hijo y cómo van descubriéndose después de tanto tiempo sin verse.
Confieso que me sentí muy identificado, a veces me preguntaba ¿en serio está diciendo esto?, en otras, parecía que en algún momento las he vivido, incluso, hay preguntas que posiblemente yo las hubiera contestado de "esa forma".
Tal vez, tengo que ser sincero, la forma en que se diseño el árbol lo sentí muy artificial, me hubiera gustado un poco más realista, de repente lo miraba de reojo y decía, no creo que hayan pasado tantos años con ese objeto natural, siento que se pudo haber trabajado más en él para darle otra sombra, iluminación, sentido.
Pero de cualquier manera, este aspecto, no demerita todo el trabajo que se proyecta, si hubiera tenido una mecedora, una ventana y una puerta, yo hubiera estado igual de feliz porque la obra tenía sí o sí que verla en esta puesta en escena, un proyecto con el cual Susana Alexander nos dice adiós, pero nosotros le damos gracias por movernos fibras no sólo en esta ocasión sino en las decenas de ocasiones que abarrotó los teatros sólo con ver su nombre en la marquesina.
"Otra parte del cuerpo se te marchita..."
LA VELOCIDAD DEL OTOÑO
Teatro Rafael Solana
Del 17 de febrero al 30 de junio de 2024.
Dramaturgia: Eric Coble
Dirección: Susana Alexander
Elenco: Susana Alexander y Fernando Canek.
Horario: Sábado 17:00 y 19:00; domingo 18:00 h.