A veces no existen las segundas oportunidades, a veces no hay suficiente tiempo de mostrar arrepentimiento, en ocasiones los chances que te dan la vida para revelar quién eres y el porqué hiciste las cosas (o no) son muy contadas; y estas ideas me bombardearon, se me vinieron a la mente al terminar de ver la obra de teatro "Réquiem".
La puesta en escena creada por Reynolds Robledo que se desarrolla en el Foro Shakespeare, nos lleva a un cuarto de espera en la penitenciaría de Huntsville, Texas en donde Alberto Estrella y Mónica Huarte interpretan a un sacerdote y una fiscal, respectivamente, y quienes se enfrentan en un caso de una persona condenada a la pena de muerte.
Y tal vez esto no se te haga tan familiar o tan cercano ya que en nuestro país no existe este "castigo", pero, eso lo de menos, porque van más allá de hablar de este tipo de crear justicia, la dupla de intérpretes pone en contrastes sus creencias, su forma de vivir e ideas para hacernos pensar no sólo acerca de quitar la vida a una personas, sino quiénes realmente somos para señalar o tomar una decisión tan importante.
Porque por un lado, observamos al sacerdote Michael Banks, quien, bajo su (ciega) fe y la sotana que trae en su corazón considera que la pena de muerte es un castigo innecesario; mientras que la fiscal Emma Solís, tiene una postura recta y determinante sobre lo que se debe hacer con todos los que rompen la ley.
Y aquí es donde empiezan a "jugar", donde la "lucha de ideas" se mezclan, ponen en la mesa sus cartas más fuertes de lo que significa el poder, la humanidad, la justicia divina, la razón del hombre y el futuro de la humanidad, visto desde su creencia y/o raciocinio.
Me gustó cómo fue abordada la historia, cómo el director Enrique Singer, fue llevando la narrativa, la presentación de los personajes, los contrastes que existen entre ellos para crear tensión, para salpicarnos de incomodidad, de no dejar de mirar al dueto, aunque por momentos, no hicieran muchos movimientos, eso transmitía.
Tengo que confesar, tal vez (y sólo tal vez) los primeros minutos, tardé en conectar con Mónica, me costó trabajo subirme a su "tren", ustedes saben que es mi actriz favorita, pero cuando menos lo esperaba me agarró y no me soltó para entender su piel, para saber lo qué ella trae en la maleta lo que ella está buscando y con lo que está lidiando, tiene algunos tintes de humor negro que se agradecen, por el tema.
Por su parte, me gustó el tono de Alberto, la manera de abordar su personaje, desde el minuto 1 que aparece en escena, las miradas que emite hacia su compañera, el contrapeso que es para ella porque si uno de los dos no estuviera en un mismo nivel de complicidad, riesgo y compromiso este barco su fuera en picada.
Y el final, es un huracán de emociones, de acciones, de palabras en silencio, de gritos reveladores, que te dejan asombrado, percibimos por segundos "el lado B" de uno de los personajes, es muy fuerte, cómo en cuestión de segundos tu vida o la de alguien cercano puede cambiar por completo por una efervescente decisión.
RÉQUIEM
Foro Shakespeare
Reparto: Alberto Estrella y Mónica Huarte.
Dirección: Enrique Singer.
Dramaturgia: Reynolds Robledo.
Iluminación: Félix Arroyo.
Viernes 19:00, 20:45; sábado 17:00 h.
$500
“No hay perdón sin arrepentimiento”
"La religión y el teatro son más similares de lo que se cree"