Ésta frase, sin duda alguna, es una de las más potentes, más significativas y que marca con claridad lo que se puede observar a lo largo de los ocho capítulos de la serie de Netflix, "El Secreto del Río", ya que no sólo aborda los contrastes culturales, la vida de los muxes, los prejuicios que aún florecen acerca de la diversidad, el respeto por lo diferente, pero, en especial, la amistad.
Esta relación que en la serie dirigida por Ernesto Contreras, Alba Gil y Alejandro Zuno, nace en dos niños de Oaxaca desde los primeros minutos del capítulo uno y va creciendo conforme avanzan los días, sus conversaciones, sus evidentes diferencias, el entorno que los "invade", las presiones sociales, la persistencia de prejuicios latentes y las influencias absurdas heteronormadas.
Las actuaciones de la mayoría de los que integran el reparto están muy bien, muy creíbles, pero yo aplaudo a los niños principales, se ve un gran trabajo detrás, una esencia muy natural, plasman una realidad que están pasando y sobre todo la dinámica que hay entre ellos, ya que ayuda para que entendamos y sintamos lo que están viviendo.
Tampoco puedo dejar de mencionar a los protagonistas adultos de esta dramática historia: Diego Calva (Erik) y Trinidad González (Sicarú), y cabe mencionar que esta es la primera actriz transgénero en obtener un papel protagónico en una producción de la famosa plataforma en nuestro país.
Hay conversaciones que te dan un knock out y te producen "algunas de cocodrilo", también hay muchas escenas que te roban el corazón, quizá una de mis favoritas es cuando el protagonista niño se queda en la recámara de una niña y empieza a descubrir varias cosas, a observa y tocar algunos elementos que inspiran para que se siga descubriendo, ese momento está súper interesante.
Igual que varios personajes que tienen un porqué y un para qué en la historia y uno de los más poderosos es el que realiza La Bruja de Texcoco (Solange), quien ofrece lo momentos más cautivadores, sobresalientes, como cuando está en la playa con los niños o cuando aparece afuera de la iglesia para darles una gran lección a los infantes.
La fotografía es muy seductora, algunos paisajes, varias tomas te permiten involucrarte más en el tema, los movimientos de cámara plasman mejor la narrativa y decisiones de mostrar en un mismo plano la visión o el recuerdo de los personajes principales con su niñez, es muy interesante, porque se ve orgánico y te permite conocer más allá.
Si bien no es una serie perfecta, porque tiene momentos que no los sentí tan creíbles, sobre todo en los dos últimos capítulos, hay algunas decisiones en el desarrollo de la historia que las sentí muy raras, no entendí muy bien ese sustento, no aportaban mucho al tema de raíz, pero, afortunadamente, fueron las menos, y al final, si vemos todo el trabajo, está muy bien realizado.
Definitivamente, "El secreto del Río" es un producto audiovisual que todos deberían de ver, sean parte de la Comunidad LGBT+ o no, conozcan alguna muxe o no, hayan viajado a Oaxaca o no; porque el tema central nos abre los ojos, nos ubican en un espacio de nuestro país que existe y hay que visibilizarlo más para que haya un mayor respeto y conocimiento.
Porque aún falta erradicar toda esa basura de LGBTfobia que existe no sólo a lo largo de nuestro país, desafortunadamente, también en las diferentes latitudes, es importante que se sigan haciendo este tipo de series/películas que se metan de fondo a un tema que nos involucra a todos porque la libertad de ser uno mismo es lo más importante que tenemos.
Porque además de esto, es (a)bordado con el corazón, con pasión y con una sensibilidad que ayuda para quienes no están tan "empapados" de esta cultura, puedan disfrutar de una historia muy redonda.
"A mí me vale lo que digan de mí, pero a ti no"