El hombre perfecto no es aquel que mide 1.80 cm; ni que posee un cuerpo atlético; es lampiño; que tiene una cara muy similar a la de Carlos Rivera; que tiene unos atributos viriles enormes; o maneja un carro último modelo; no, en lo absoluto, es aquel que se enfrenta a sus miedos, tiene la capacidad de adaptarse y reinventarse y que, además, (re) conoce cada parte de su piel, que se desnuda ante él mismo y se acepta tal cual es.
Porque quitarse la ropa no es tarea fácil (para la gran mayoría), es enfrentarse a sí mismo lo cual causa un terremoto de energía incontrolable, muchos desconocen su mismo cuerpo, no se permiten explorarlo y amarlo, y más si le agregas una capa de etiquetas que te va dictando diariamente la sociedad.
Y menciono lo anterior porque de esto trata la obra de teatro "El Hombre Perfecto", protagonizado por Juan Ríos, quien realiza un desnudo integral, así como se muestra en la publicidad que hace referencia al hombre que Leonardo DaVinci trazó, representando una figura masculina desnuda en dos posiciones sobreimpresas de brazos y piernas.
Y el actor lo realiza de una manera tan natural sin tapujos, sin miedos, sin titubeos, estableciendo una vía de comunicación entre el espectador y su personaje cuya ausencia de textil queda inmediatamente en un segundo plano porque al final de cuentas es un cuerpo, nada más.
Para algunos que no están acostumbrados a convivir con gente nudista pudiera sorprenderles un poco, pero al paso de los minutos, créeme que estás enfocado en lo que dice Ríos, quien nos va llevando por ciertos sucesos de su personaje que posee una bolsa llena de temores, de telarañas emocionales, de dudas que nos comparte a lo largo de una hora.
60 minutos de un hombre que no sólo desnuda su cuerpo, sino también su alma, aunque suene tele novelesco, se abre ante miradas cada momento importante en su vida, desde su nacimiento, la integración de su familia, la relación con sus hermanos, pero sobre todo con sus padres y la sociedad que lo marcó para bien... y para mal.
Tengo que recalcar que hay momentos que no me encantaron, cuando ambientan ciertas circunstancias de su vida con el audio, a mí me rompía, sentía que perdía un poco el hilo, pero creo que es muy personal y entiendo porqué lo hacen.
La parte final me gustó mucho, la estética tan sencilla pero con un gran elemento visual, te impacta y es coherente con todo lo que se va diciendo a lo largo de la obra, lo seguiré aplaudiendo pero no diré más, por obvias razones, así que se los dejo de tarea.
Este monólogo es para quienes somos nudistas, para quienes no, para los que aún estamos trabajando en la aceptación y reconociendo esos baches que no nos permiten ser plenos, para quienes las expectativas están en las nubes y no han podido alcanzarlas, para quienes poseen confrontaciones por el simple hecho de ser ellos mismos, para todos, claro, deben de ser mayores de 18 años ya que la obra es sólo para adultos.
EL HOMBRE PERFECTO
Teatro Jorge Negrete
Dirección y dramaturgia: Víctor Sandoval
Elenco: Juan Ríos Cantú
Horario: Jueves 20:00 h.
Precios: $330 y $275. (En taquilla y Red Access)